Resumen de lo publicado: Pep Aguilar está recorriendo con unos amigos los siete faros de Menorca. Este viaje tiene como finalidad fotografiar todos los faros y cuenta con el aliciente de que la crónica del mismo la hace el protagonista. Así que vamos a deleitarnos con sus fotos y comentarios.
Seguimos en la última jornada de este viaje. Os recordamos que nuestros amigos vienen de visitar el “faro de San Carlos” y por consiguiente, ya solo les quedan dos faros por fotografiar: el “de la isla del Aire” y el de “Favàritx”.
-Far de l’illa de l’Aire- faro de la isla del Aire
Después de la efímera visita al faro de Sant Carles, bajamos al sur, para encontrarnos con el faro de l’illa de l’Aire. Es el único ubicado en un islote, al sureste de la isla, en el municipio de Sant Lluís. Además, es el segundo faro más alto de las -Balears- Baleares, con la torre construida en piedra más alta de las islas, con ciento sesenta y cinco escalones.
Dejamos a nuestros amigos recogiendo los bártulos para desplazarse antes de que se ponga el sol hasta el próximo faro, el de Favàritx. Con la visita a esa impresionante construcción darán por finalizada la tercera jornada de su recorrido por los siete faros de Menorca.
Hoy, 19 de agosto, se celebra el «Día Mundial de la Fotografía». Esta efeméride se celebra en honor a Louis-Jacques-Mandé Daguerre, inventor del daguerrotipo e impulsor de la fotografía. El daguerrotipo se presentó el 19 de agosto de 1839 en la Academia de las Ciencias de París (Francia), y por ese motivo se escogió esa fecha para homenajear a este arte.
A simple vista este invento parece no tener mucha relación con esta página dedicada a los faros, pero nada más lejos de la realidad puesto que gracias a los fotógrafos los faros son conocidos en todo el mundo. Se han capturado momentos estelares en muchos faros y esas fotografías que todos tenemos en mente cuando nos hablan de los faros se las debemos obviamente a los fotógrafos y al inventor del daguerrotipo, Luis Daguerre.
Queremos agradecerle la colaboración desinteresada que han tenido al enviarnos las fotografías para elaborar esta publicación a Esmeralda Udías del Castillo, Odette Romero y a Pep Aguilar. Como sabéis, son colaboradores y amigos de esta página. Muchas gracias.
Desde este blog, con esta entrada queremos rendir homenaje a todos los fotógrafos, profesionales o no, que se encargan de difundir los faros y el patrimonio cultural.
Este artículo lo han escrito al unísono Maribel Pintos Mota e Isabel Migallón Aguilar. Ambas son melillenses, enamoradas de la historia de su ciudad y especialmente de su emblemático y centenario Faro en el que han tenido el privilegio de trabajar. Además, hay que decir que lo publicaron en los periódicos «El Faro» y «Melilla Hoy».
Faro de Melilla. Más de cien años de historias
Hoy, 7 de agosto, se celebra el Día Mundial de los faros; es un claro homenaje a estas emblemáticas construcciones que tan importante función vienen cumpliendo para marinos y navegantes desde hace siglos.
Cabe citar el de Alejandría mandado a construir en el siglo III a. C. por Ptolomeo I a Sóstrato de Cnido y finalizadas las obras en tiempo de su hijo Ptolomeo II. Siendo el Mediterráneo un mar surcado por distintos pueblos a lo largo del tiempo es fácil pensar que hubiera algún tipo de señalización en las costas para advertir de la existencia de cabos u otros accidentes geográficos.
Antecedentes históricos
En Melilla los primeros datos sobre un faro datan del siglo XVI, en concreto de 1515 en el llamado Torreón del Bonete. Este era de forma circular y tenía cortina pretiles y almenas. Hacia 1527 era conocido como “de las Cruces” y pudo ser reparado por el ingeniero de origen veneciano Fray Gabriel Tadino de Martinengo. Seis años después Sancho de Escalante, maestro de obras, hacía lo mismo con todo el frente de mar.
Mediaba esta centuria cuando Juan de Zurita propuso introducir una notable mejora, para ello planteaba la conveniencia de derribar este torreón, ya que perjudicaba el flanqueo entre los torreones de las Cruces y de las Pelotas. Esto nunca llegó a realizarse del todo, lo único que se llevó a cabo fue la eliminación de las almenas, ya obsoletas para el nuevo periodo de fortificación (renacentista), construyéndose en su lugar un pretil talusado.
Existe constancia que en los primeros años de la siguiente centuria (1604) ya comenzó a denominarse como del Bonete; en tanto que finalizando la misma (1699) era conocido como el Palo del Suplicio porque en dicho lugar se llevaban a cabo ejecuciones.
Finalizando el siglo XVIII vuelve a su nombre primitivo (1764) Torreón del Bonete, por tener una forma parecida a la del gorro usado por eclesiásticos y seminaristas. En 1854 fue cuando se construyó un pequeño faro que en 1903 se llamaba Torre del vigía de mar.
El faro actual
Geográficamente está ubicado en el punto más oriental de la fortificación en el escarpado Frente de Mar, en contraposición al Frente de Tierra, separando este torreón a su vez el Frente de Trápana al norte, bajo las Murallas de las Cruces, del siguiente frente llamado de Levante o del Socorro, emplazado al sur, junto al puerto.
Como se puede apreciar es un edificio de planta rectangular, con patio interior. Muros exteriores revestidos de roca negra del monte Gurugú, conformadas por conglomerados de arenas basálticas. La superficie ocupada es de 144 m2. Las ventanas están coronadas por arcos escarzanos. Alberga una torre cilíndrica que da acceso a la azotea donde se encuentra la linterna.
Durante la visita que giraron en marzo de 1915 varios técnicos para ver el alcance de los daños que había ocasionado el temporal del año anterior en los faros ubicados en esta zona se pensó en la posibilidad de no rehabilitar la Torre del vigía de mar sino de construir un faro nuevo de mayores dimensiones y más consistencia. Capaz de soportar los fuertes temporales de Levante. El proyecto se encargó al ingeniero Manuel Delgado Delgado. Este incluiría también una casa para el farero. La construcción duró varios meses ya que había que adecuar el terreno para esta nueva edificación.
En la noche del 22 de julio de 1918 y tras haber realizado varias pruebas se iluminaba por primera vez el nuevo Faro de Melilla. En ese momento ejercían las labores de fareros Juan Gutiérrez y Pedro López. A partir de entonces, su lente escalonada sistema Fresnel no ha dejado de funcionar ni un solo instante. De su mantenimiento se encarga el personal de la Autoridad Portuaria de Melilla, que tiene asignada su custodia. Hasta 1938, dependía administrativamente de Málaga.
Un edificio de gran belleza, con un emplazamiento espectacular, cuya visión no deja impasible a nadie. Sus muros custodian cientos de historias, guardan los recuerdos de quienes en él vivieron y de quienes han pasado en algún momento de su vida por allí.
Nuestra amiga Patsy sigue enviándonos faros dibujados a través de la App Color by Number Oil Painting. Os recordamos que esta aplicación existe para los dos sistemas operativos: Android e iOS.
Antes de despedirnos queremos agradecerle a Patsy su nivel de implicación, ya que en esta segunda entrada se ha encargado además, de identificar los faros. Y sinceramente, nos ha dejado boquiabiertos porque los ha acertado todos.
Continuamos mostrándoos los carteles del festival de la historieta«Viñetas desde O Atlántico». Un festival que empezó a celebrarse en la ciudad de A Coruña en 1998 y que se desarrolla en el mes de agosto.
La “Torre de Hércules”, símbolo de la ciudad, siempre ha estado presente en este evento puesto que todos los carteles anunciadores la tienen que incluir. En esta serie de entradas relacionadas con el festival vamos a hacer un repaso desde 1998 hasta la actualidad. Sin más dilación, damos paso a las imágenes de los carteles correspondientes a los años comprendidos entre el 2001 y el 2010.
De manera paralela se han hecho catálogos editados en rústica con ilustraciones e historias sobre el cómic. También os mostramos las portadas de esas publicaciones. Están realizadas con las imágenes de los carteles anunciadores del festival.
Tras mencionar en muchas ocasiones en este blog el “faro de Chipiona”, por fin hemos decidido hacer una entrada sobre él y para ello hemos contado con la inestimable ayuda de nuestra amiga Elena. Sin sus fabulosas fotografías no sería posible imaginar la magnitud de la torre del faro más alto de España. Siempre que hemos hablado de este faro lo hemos hecho durante los Carnavales, puesto que como sabéis, su silueta forma parte de los carteles anunciadores del Carnaval desde 1984.
Elena se ha desplazado hasta Chipiona para disfrutar de la playa, los chiringuitos y por supuesto, del impresionante faro. Y de este atardecer, ha extraído varias conclusiones: la primera es que el “faro de Chipiona” le fascina porque le recuerda mucho a su añorado “faro de Cabo de Palos” y la segunda, es que un atardecer en este faro no se puede quedar en una única vez es algo que ha de repetir con más frecuencia. Todos se lo agradeceremos y ella lo disfrutará.
La majestuosa torre del faro de Chipiona se ilumina al caer la noche
Breve pincelada sobre la historia del faro. Fue proyectado por el ingeniero catalán Jaime Font. El 30 de abril de 1863, tras una misa oficiada en el santuario de Nuestra Señora de Regla, se celebra en la villa de Chipiona la ceremonia de colocación de la primera piedra del faro. Se construye en la Punta del Perro, Chipiona, provincia de Cádiz, Andalucía (España). Es un faro de 1.er orden y es el más alto de España.
Menuda preciosidad de fotografía y de faro, por supuesto
Tras la recepción de forma provisional de la obra, entra en funcionamiento el 28 de noviembre de 1867. Finalmente, el 21 de junio de 1869 se entrega de forma definitiva [con un coste total de 463.323,937 escudos de oro]. El combustible que utiliza este faro de 1.er orden es el aceite.
Elena se aleja del faro y éste se queda completamente iluminado hasta el amanecer
Muchas gracias, Elena, por compartir con todos nosotros tu inolvidable visita a este faro tan emblemático. Esperamos que pronto vayas a tu evocador faro de Cabo de Palos y que también lo compartas con nosotros.
Hace unos cuantos años mientras buscábamos información sobre los faros nos encontramos a Carlos Monti (no recuerdo bien si fue en Facebook o en Twitter). En aquel momento, Carlos todavía no había publicado su primera novela, cosa que hizo meses después. Así, en 2013 publicó «El faro San Juan Salvamento», y posteriormente, en 2015 publicó «Iluminados por el faro». Ha transcurrido mucho tiempo desde aquello y hemos vuelto a coincidir con Carlos a través de otra red social (Instagram). Además de estas novelas sobre faros, Carlos ha escrito varios cuentos y un libro de poesía. También ha sido galardonado con una distinción en la República Dominicana y ha participado como jurado en concursos nacionales e internacionales. El caso es que el pasado 1 de junio se publicó su última novela «Once mil vírgenes: Fareros, guardianes, torreros» de la editorial Amazon, y esta oportunidad no podíamos dejarla pasar.
Faro que inspiró a Carlos para escribir su último libro
Antes de dar paso a las preguntas os comentaremos que Carlos Ricardo Monti [Segovia Monti] fue profesor hasta hace relativamente poco. Actualmente, está jubilado lo que le permite disfrutar de sus aficiones y sobre todo tiene mucho más tiempo para escribir. Es oriundo de la localidad de Sáenz Peña, Buenos Aires, Argentina. A pesar de no llevar más de una década escribiendo se ha hecho un hueco entre los escritores argentinos.
Tu última novela tiene una curiosidad con el título y no podemos empezar esta entrevista sin preguntarte por ello ¿qué nos puedes decir al respecto?
Once Mil Vírgenes, el título, deviene de una de las siete historias. Cuando se descubre el estrecho que posteriormente se bautizó como estrecho de Magallanes, en España era el día de la virgen de Santa Úrsula, una de las once vírgenes se llamaba <Undecimilla> y por una confusión, o deformación del nombre quedó en el imaginario Once Mil Vírgenes. Mi idea original era poner como título Undecimilla, pero me volqué a “Once Mil Vírgenes”, sentí que tiene más enganche. En un extremo del estrecho está el cabo Vírgenes y en el otro el cabo del Espíritu Santo, Chile [esa es una de las historias que cuento en «Iluminados por el faro»].
Sabemos que consta de siete relatos de ficción independientes y nos gustaría saber ¿por qué has elegido esta fórmula para escribirlo?
El hilo conductor, el corazón delator es el faro como luz que ilumina (en realidad tiene dos caras y una es la oscuridad), o destella en cada uno de los relatos. Cada historia es independiente y como un perro que se muerde la cola es circular. Se retroalimenta con sus personajes caóticos o bucólicos, a veces soñadores y otras confinados a una tarea, a un servicio en los lugares más extremos y solitarios del globo. Es como contar muchas historias en una. Borges decía que uno siempre escribe el mismo libro pero le da otros matices, trabaja con grises, o lo va mudando de piel.
¿Cuáles son los faros que has seleccionado en esta ocasión?
En Olas Rebeldes, un faro en Bahamas cercas de las costas de Miami, dentro del triángulo de las Bermudas, desde ahí la mística y hondar en terreno desconocido donde una serie de fenómenos van a tener en jaque a los cuidadores del faro.
Eilean Mor, las Siete Cazadoras, isla Flannan’s. La desaparición de los fareros.
Isla de Buda en Tarragona, España. La suerte que corrieron esos torreros entre dos lagunas donde rondaban las cabezas de fuego.
Once Mil Vírgenes. Una caminata en solitario y al final del estrecho después de dos bahías y un cabo encontrarse con una ciudad, en nombre de Jesús.
Higuer, País Vasco. Un naufragio y la aparición de una joven mujer a punto de casarse y dos hombres que la buscan desesperadamente.
La Noche de las Corbatas, Buenos Aires, Argentina. La dictadura y un faro, en Mardel Plata la muerte y tortura de una seria de abogados.
Sin Tiempo. Dos potencias en puja: Estados Unidos de Meso América y Chin Jo Jai van por toda el agua dulce que se encuentra de reservorio en los polos.
¿Sigues dando saltos en el tiempo o por el contrario continúas ambientando tus historias a principios del siglo XX?
Las historias tienen su propio pulso, cada una aparece dentro de un marco histórico y un contexto que se va agrandando, poblando como departamentos dentro de un edificio. Algunas no tienen un tiempo real, viven en la ficción, en ese dejarse llevar como la marea.
Tu faceta de docente, ¿te ha servido para transmitir de una forma más sencilla lo que cuentas en tus novelas?
Al ser docente uno tiene algo del terreno allanado, desde un punto de vista didáctico, pero aprendí en diferentes talleres literarios con profesores de años de oficio, achicar el tiempo de aprendizaje. El mejor maestro sin duda es la lectura constante. Es como un espejo donde reflejarse. Cada escritor tiene que encontrar su estilo, pero no hay que tener miedo y dejarse nutrir por la forma de como contar, desde que lugar, que narrador interpelo en el texto. A qué público va dirigido.
El hecho de haber sido bibliotecario te ha facilitado la labor de recopilación de información sobre los datos referidos a los faros de los que hablas ¿verdad?
Debo aclarar que no soy bibliotecario de título, pero sí trabajé en dos bibliotecas y es más, fundé una rural. Sí, soy profesor (educación física, retardo mental, estimulación temprana), y maestro de grado. Al estar cerca de los libros la información obró en mi cabeza como un puente y me dio ideas, motivaciones. Un libro son mil libros que uno leyó o está en el camino de leer.
En tus relatos mezclas la ficción y la realidad ¿crees que el lector es capaz de discernir lo real de lo imaginario en tu novela?
Me gusta ese doble juego con el lector y que se involucre, que se meta dentro del personaje y sienta por él. Cuando uno se compenetra con un libro o una película eso que llamamos arte, la emoción. El cuerpo del lector va sufriendo cambios. Yo muchas noches leyendo me encuentro riéndome solo. O sintiendo que los pelos del brazo se erizan. O giro en la silla y los objetos cotidianos de la casa toman otra implicancia. Creo que no hay una barrera, una línea clara en cuanto que es ficción y que es realidad. Creo que pueden intercambiar de roles. Un gran novelista dijo: «La mejor novela escrita es la vida misma. Lo vemos a diario en los noticieros. Creo que las aberraciones humanas superan cualquier ficción».
Nos hemos enterado a través de la entrevista que te realizó recientemente la periodista Sandra Ávila que tu primera novela «El faro San Juan Salvamento» tiene continuidad en un libro de cuentos llamado «El ojo del mal», ¿por qué no lo vas a publicar?
Todo lo que escribo tiene una posibilidad de publicación. Me encantaría sacar un libro que junte todas las historias de los faros. Casi seguro que seguiré escribiendo sobre faros creo que el material, la motivación, y su ubicación en el mundo da para que cada faro cuente su historia.
¿Vas a volver a escribir sobre faros o tienes intención de volver a los cuentos?
Leo todos los días y me pasa casi lo mismo con la escritura. No me limito a un género en particular, aunque la narrativa (cuento, novela) se me da como algo natural, innato. Pero hace años qué con una imagen, una foto de un faro, escribo poesía. En Instagram tengo como mil, y también este año saqué en Amazon además de la novela «Once mil vírgenes», «Postales de Faros».
Como ya sabéis, nuestro amigo Pep Aguilar nos está proporcionando la crónica de un viaje fotográfico de tres días que hizo con un grupo de amigos recorriendo y fotografiando los siete faros de Menorca. Además de las fotografías, tenemos que deciros que la historia la cuenta el protagonista.
En esta entrada empezamos la última jornada; tenemos por delante los tres últimos faros que les quedan por visitar: “Favàritx”, “San Carlos” e “isla del Aire”. Así que si dejémonos de palabrerías y vamos a acompañarles en su recorrido.
Faro de San Carlos
Dirigéndonos a -Maó- Mahón, en nuestro último día, estamos decididos a visitar el “faro de San Carlos”, el único que está en zona militar y al que no se tiene acceso.
En amarillo aparece el lugar en el que se encuentra el faro de San Carlos
Está en el sur de la bocana del Puerto de Maó (Punta de Sant Carles). El faro original se derribó para realizar prácticas militares desde la batería de costa próxima, puesto que los proyectiles ponían en riesgo la vida de los fareros. En la actualidad, hay un nuevo faro construido sobre una estructura de hormigón.
A continuación, os mostramos las fotos del faro realizadas por Pep Aguilar.
Panorámica del faro de San Carlos
Detalle de la antigua muralla
La torre defensiva d’en Penjat en el Fort de Marlborough
El nuevo faro se encuentra en el -castell de Sant Felip- castilllo de San Felipe
Muralla del -castell de Sant Felip- castilllo de San Felipe
La ubicación idónea para ver este faro es la Cala Sant Esteve, que nos permite verlo al otro lado de la bahía.
En la próxima entrada os mostraremos las fotografías que Pep hizo en el “faro de la isla del Aire” <faro de l’illa de l’Aire> y aún nos quedarán por ver las imágenes del “faro de Favàritx”.
Os presentamos la segunda parte de la entrada del “faro de Vila Real de San Antonio”conocido en Portugal como “farol de Vila Real de Santo Antonio”. Como sabéis esta entrada la hemos podido realizar gracias a nuestra amiga Arual que nos ha proporcionado todas las fotografías.
La puerta de acceso está pintada como la cúpula del faro, es -vermelha- roja
Historia
En 1885, la -Comissão de Faróis y Balizas- Comisión de faros y balizas, aprueba el diseño del proyecto de construcción que se llevó a cabo el año anterior, aunque no se inicia la construcción del mismo.
Se diseña para sustituir al antiguo “farolinho de ferro”. En 1916 se inicia la construcción del faro según un nuevo proyecto descartando el que se había aprobado en 1884. Se construye sobre un paraje arenoso lo que generó bastante polémica durante varios años puesto que las autoridades no se ponían de acuerdo sobre el método de construcción que debía emplearse. Finalmente, se decidió erigir la torre sobre cimientos de hormigón armado. Entra en funcionamiento el 20 de enero de 1923 pero de manera provisional.
Su torre circular de 40 metros de altura cuenta con un aparato lenticular Fresnel de 3.er orden, modelo grande [500 mm de distancia focal]. La rotación del aparato óptico se logra gracias a la maquinaria de relojería. La fuente luminosa es la incandescencia por vapor de petróleo.
En 1927, se electrifica gracias a la instalación de un grupo electrógeno que funciona con aceite. En 1947, se conecta a la red pública de distribución eléctrica siendo sustituida la maquinaria de relojería que hacía rotar el aparato óptico por unos motores eléctricos. La fuente de luz se convierte en una lámpara de 3.000 vatios.
Desgraciadamente el día que fue Arual no se podía visitar el faro
En 1957 se instala un ascensor para acceder a la torre. Tres años después, en 1960, se sustituyen los generadores de corriente continua por alternadores. En 1983, se reemplaza la lámpara por otra de 1.000 vatios. En 1989, se automatiza por completo por lo que no es necesaria la asistencia de los fareros.
Nuestra amiga Patsy vuelve a colaborar con nosotros. En esta ocasión lo hace contándonos la existencia de una aplicación que hay para los teléfonos móviles o dispositivos electrónicos mediante la cual se pueden colorear imágenes. Existen 13 categorías diferentes y la que nos interesa a todos ver es la que incluye faros.
Os recordamos que Patsy es de A Coruña, la ciudad más bonita del mundo {palabras textuales}. Y también que es la propietaria de una perra llamada Sombra (la cual os presentaremos en otra entrada), puesto que Patsy se ha encargado de fotografiarla sobre todo en la Torre de Hércules.
Sigamos con la App, se llama Color by Number Oil Painting. Es válida para los dos sistemas operativos: Android e iOS. Las imágenes van desde: animales, aves, coloridos, comida, estaciones, flores, mariposas, marinas, naturaleza muerta, niños, paisajes, vacaciones, vehículos hasta los viajes.
-Myggenæs fyr- faro de Mykines, Islas Feroe, Dinamarca
Phare de Capbreton, Nueva Aquitania, Francia
Muchísimas gracias, Patsy. Esperamos ansiosos que termines más dibujos y los compartas con todos nosotros porque éstos nos han sabido a poco. Son espectaculares.