Es domingo y como sabéis solemos dedicar esta día a las actividades culturales: entrevistas con escritores, publicaciones de poesía y por supuesto a los relatos de nuestro amigo Fran Sanabre. Desde hoy y durante todos los domingos del mes de agosto vamos a poder disfrutar dentro de la sección “faros macabros” de unos relatos muy jugosos.
Eldred Rock
Ponte la rebequita porque hoy nos vamos a Alaska. Aunque de poco hubiera servido la ropa de abrigo a las condenadas almas que se hundieron con el “Clara Nevada” junto a Eldred Rock, en las gélidas aguas del canal Lynn.
Era el 5 de febrero de 1898 cuando el “Clara Nevada”, en plena fiebre del oro, zarpó de Seattle con una tripulación de 40 hombres y 165 pasajeros a bordo. Transportaba una carga de 800 libras de oro (aproximadamente 360 kilos), unos 20 millones de euros de hoy.
Dicen por ahí que también transportaba… ¡Dinamita!
Tras dejar gran parte del pasaje en los campos de oro de Klondike, el buque de vapor continuó rumbo a Skagway con su tripulación y entre 25 y 40 pasajeros, pero nunca llegó a su destino. Chocó durante la noche con una roca al norte de Eldred Rock sin que hubiera supervivientes.
La dinamita… Me pregunto si el barco se habrá ido a pique rápidamente o saltó por los aires envuelto en llamas, porque es un dato que no sé. Me gusta lo de las llamas porque soy un romántico y es más espectacular. ¡E irónico! Arder en medio del mar…
Y hasta aquí la historia del “Clara Nevada”.
¡Ah, el faro, claro! Pues vino después, allá por 1905. Es de primero de farero: ¿Qué se construye en zona de naufragios? Una librería no. Pero el faro de la isla de Eldred Rock, conocida como Nechraje en nativo, no está maldito, que yo sepa. Pero una vez pasó algo:
Una noche, diez años después del naufragio, una fuerte tormenta azotó el faro. Por la mañana, el farero, que salía a inspeccionar los daños, se encontró con la fantasmal figura del “Clara Nevada” varado en la costa, que volvió a desaparecer a la noche siguiente.
Lo que nunca volvió a aparecer fue el oro.