La tinta llega hasta el corazón por Helena

El tatuaje que luce Helena en su brazo derecho no es un dibujo de un faro sin más o un capricho por una moda pasajera, sino un precioso homenaje a un ser muy querido. Ella es una nueva colaboradora del blog y como lo que nos ha contado nos parece tan interesante, hemos decidido transcribirlo literalmente.

“Pues siempre me han entusiasmado los faros, desde muy pequeña. Los veía y además de guiar a los barcos, los sentía como una forma de que los marineros supieran que detrás estaban los suyos esperando. Al igual que los faros guían a los barcos, pienso que existen las personas faro. Esas que con solo estar ahí nos alumbran el camino y nos ayudan en el día a día. Mi «faro» era mi abuelo y, por ese motivo, cuando falleció decidí que la mejor forma de recordarlo era realizándome un tatuaje para llevarlo siempre en mi piel. La letra A que aparece a un lado del faro es por su nombre.

El faro escogido para el diseño del tatuaje lo encontré buscando imágenes en internet. No es un faro en particular, aunque lo seleccioné entre muchos diseños por ser semejante a mi faro favorito (exceptuando las franjas de doble tonalidad). El faro al que me refiero es el que se encuentra en Chipiona, considerado con sus 69 metros el más alto de España. Es un lugar que desde muy niña me ha transmitido mucha paz y calma, y al que tuve la oportunidad de subir a pesar de sus 322 escalones y disfrutar de unas vistas únicas. En mis momentos de estrés suelo pensar en ese faro que tantas veces he visto y logro conseguir la calma. Es tanta la admiración que siento por él que pedí a una pintora muy realista de Chipiona que me lo inmortalizara, y lo tengo en mi habitación siempre a la vista”.

Así luce el faro que lleva tatuado en honor a su abuelo

Muchas gracias, Helena. La historia de tu tatuaje es conmovedora.

 

La historia de un tatuaje por Alex de Felipe

Hoy os mostramos un tatuaje cargado de muchos sentimientos. Lo lleva en su pierna izquierda Alex de Felipe, un nuevo colaborador y amigo. Le cedemos la palabra para que nos cuente su historia y el significado de este original tatuaje.

Soy de Donosti, siempre el mar cerca. Desde pequeño me han atraído los faros, y de mayor (43), todavía más. Mi padre siempre me llevaba a pescar a las rocas de Igueldo, buceábamos y me enseñó a amar el mar, también a respetarlo. Como homenaje a esa pasión hacia todo lo que rodea el mar decidimos esparcir sus cenizas en él.

Inmersión en el Museo Atlántico, Lanzarote

Tras su muerte, pasé un par de años desubicado, hasta que fui encontrando mi sitio. Actualmente, gracias a mi familia he recuperado la ilusión y puedo afirmar que soy feliz.

El tatuaje del faro marca ese punto de inflexión en mi vida, por eso me lo hice. No es ningún faro en particular. Hay muchos faros que me gustan, pero si me tuviera que quedar con uno, sería el del faro del Cap de Creus, o el faro de Igueldo (cualquiera de los dos me fascina). Os dejo unas fotos de ellos para que decidáis vosotros.

Faro del Cap de Creus
Faro del monte Igueldo

A continuación y para darle sentido a mi tatuaje os explico su significado. Cada rayo del faro del tatuaje lleva escrita una palabra. Son 4 rayos. ¿Se pueden adivinar?

  • “Aita” y “Ama” en el lado más oscuro (ocaso).
  • “Ale(jandra)” y “Rebe” en el lado con más luz.

Gracias por vuestra atención.

Muchas gracias, Alex, por compartir esta interesante y personal historia con todos nuestros lectores. Un abrazo.

Un faro tatuado en tu cumpleaños por Fran Sanabre

¿Es tu cumpleaños y te apetece hacer algo diferente? Pues si quieres una idea original, lee esta entrada porque a lo mejor tú eres el siguiente en tatuarte un faro.

Hace un par de meses fue el cumpleaños de nuestro amigo Fran Sanabre, y como él no es nada convencional, decidió hacerse un tatuaje farero para celebrarlo. Hay varios faros que le atraen, pero se decantó por tatuarse “Pigeon Point” en su muñeca izquierda. Se trata de un faro ubicado en la bahía de San Francisco, California, Estados Unidos.

Este faro está cargado de mucho simbolismo para él. Nosotros nos alegramos tanto de que se haya tatuado un faro como de que lo comparta con todos nosotros. El propio Fran nos comenta que no será el último faro que se tatué. Así que, cuando decida volver a tatuarse otro os lo mostraremos.

En un rato podremos contemplar cuál es el faro que se ha tatuado Fran.
Instantánea realizada durante el tatuaje.
El resultado final. «Pigeon Point» tatuado en el antebrazo izquierdo.

Otro amigo, Gonzalo Codina, se ha atrevido a colorear el tatuaje. El resultado no puede ser más espectacular. Es más, podría ser una recomendación para ultimar en un futuro este tatuaje.

Gonzalo Codina nos ha sorprendido con esta coloración del tatuaje.

«Desde el faro a la piel» por Irene

Os presentamos a Irene, una enamorada del mar, de los faros y, por supuesto, de los tatuajes. A continuación, nos explica el sentido que tienen para ella los tatuajes que lleva y el valor que les da. Os aseguramos que la historia nos gusta tanto como sus tatuajes.

Siempre he tenido claro que a pesar de haber nacido en el interior/centro de la península yo he sido de mar. Así que en 2014, me tatué el ancla porque además de ser un símbolo que me identifica mucho, el significado de echar el ancla o anclarse a buen puerto es algo que siempre le busco paralelo en mi vida. El ancla me lo tatué junto al siete después de vivir en Campos, Mallorca. Y haber tenido más contacto con el mar a través de navegar en el “Cohoe” (un barco que tenían mis jefes).

El faro siempre ha sido mi seudónimo (Desde el faro). Para mí significó un antes y después cuando me fui a vivir a Gandía. No tiene faro propio, pero me refugiaba mucho en el faro verde del puerto. Y ahí nació «Desde el faro».

Es algo que siempre he querido tatuarme. Pero tenía que encontrar EL FARO. Después de haber visitado bastantes, le pedí a mi hermano Arturo que me diseñase uno y mi regalo fue encontrarme esos dos pájaros, que como bien me dijo él, son: mi tía y mi abuela que volaron hacia algún lugar. La semana pasada mi madrina me dijo que me regalaba hacerme el tatuaje. Y no dudé en hacérmelo. A su vez, me tatué un corazón abrazando una ola. Hace un año se lo hicieron mis amigas de la universidad, que por entonces nos conocían como “Las OlasS” y yo todavía faltaba por plasmarlo en la piel. Este tatuaje -Engloba la amistad, y el amor hacia ellas y hacia el mar-. No podía no hacérmelo.

Irene luce orgullosa su corazón abrazando la ola y nos muestra su colgante a juego,
El ancla y el número 7 tatuados en uno de sus brazos.

Muchas gracias, Irene.

«Primero y último» por Martín Donato

Retomamos los tatuajes de faros, pero no desde la perspectiva anterior en la que sólo os mostrábamos fotografías de tatuajes de personas desconocidas sino desde una perspectiva más cercana. En esta ocasión, nuestros modelos son amigos y seguidores de los faros.

El primero que nos va a hablar de su tatuaje farero es Martín Donato, un paisano nuestro, que obviamente ama los faros, y se jacta de que sus amistades al ver un faro se acuerdan de él. Eso nos enorgullecería a más de uno y por supuesto, él se muestra muy contento de que así sea.

Martín sólo tiene un tatuaje en su cuerpo y casualmente es un faro. Algo bastante significativo ¿no creéis? Nos cuenta que estuvo durante mucho tiempo pensando si hacerse un tatuaje o no, puesto que tenía bastantes dudas. Lo único que tenía claro era que si se lo hacía sería un faro, porque le encantan y para él tienen un simbolismo enorme, de resistir ante los embates, de estar ahí siempre, prestos a socorrer, ya que los considera la luz que guía y acoge…

A pesar de tener tan claro cuál sería el dibujo, Martín seguía sin tatuarse, pero llegó la pandemia y todo cambió. Empezó a buscar modelos de faros, pero ninguno le gustaba lo suficiente. Así que se animó a dibujar un faro. Ese faro tenía que cumplir con dos características: la primera que no tenía que ser real, no quería llevar un faro conocido y la segunda premisa era que tenía que estar situado sobre una isla, porque también le gustan las islas. De esa forma, al ser un modelo creado por él mismo, no se podía arrepentir de tenerlo ¿o sí?

Salió del confinamiento decidido a hacérselo y fue a Jacinto Tattoo & Piercing, en nuestra amada ciudad portuaria. El resto de la historia ya os lo imagináis. Martín hasta la fecha luce orgullosísimo su tatuaje, puesto que lo siente como algo propio, que siempre estuvo ahí.

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Modelo creado por el propio Martín que sirve de base a su tatuaje
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Y éste es el resultado final
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Hay que felicitar a Jacinto Tattoo por el resultado del tatuaje

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Muchas gracias, Martín, por compartir la historia de tu tatuaje con todos nosotros.

Amor incondicional hacia la Torre de Hércules por Gelo

En esta entrada os vamos a desvelar qué es lo que hace que un hombre de mar como lo es nuestro amigo Gelo tenga una auténtica veneración hacia un faro. En su caso, hacia la Torre de Hércules.

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La admiración no solo ha quedado plasmada en sus pensamientos y recuerdos sino también en su piel

Gelo fue un marino coruñés, curtido en muchas tormentas y con cientos de millas náuticas recorridos a través de las aguas que bañan la costa gallega. Nos cuenta sin darle mayor importancia (para nosotros la tiene, y mucha) que embarcó con 17 años en un arrastrero [barco de pesca]. En su primer viaje ya percibió esa admiración hacia el que él denomina su faro, la Torre de Hércules. Conforme se iba alejando de la costa miraba hacia atrás y veía que la luz del faro era lo único que le seguía uniendo a tierra hasta que finalmente acabó perdiéndolo de vista. Ese gesto se repitió a lo largo de cientos de singladuras. Cada vez que Gelo perdía de vista la luz de la Torre de Hércules sentía en su interior una mezcla de emoción y miedo, en medio de una noche siempre oscura, con mejor o peor tiempo. Era algo con lo que convivió durante tres años. Para todos aquellos que lo analizamos desde fuera parece poco tiempo, pero para aquella persona que sale a navegar con la incertidumbre de lo que se va a encontrar tras faenar… es una barbaridad.

Cuando regresaba a puerto, su faro, la Torre de Hércules, era quien le anunciaba que todo iba bien, que a sus espaldas le esperaban tanto su familia como sus amigos. Esa luz le reconfortaba casi tanto como una taza de caldo caliente tras una “chuvia” contundente. Así una y otra vez. El mismo sentimiento y la misma necesidad. En aquel instante sin ser consciente aun de ello empezó el fervor hacia este coloso.

Gelo considera que, por eso el faro siempre fue y seguirá siendo una referencia para él. Y como agradecimiento a todos los días o noches en los que la silueta o bien la luz del faro le acompañaban tanto a él como a sus aguerridos compañeros en su regreso a casa decidió tatuarse el faro de A Coruña en su pierna derecha.

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Con la inserción de las coordenadas del faro el tatuaje está acabado

Queremos agradecerle a Gelo que nos haya abierto su corazón y nos haya narrado una historia de amor y respeto tan sincera hacia un instrumento que además de servir de ayuda a la navegación sirve de inspiración a muchos marinos.

Eso es todo… buena mar!!!