Fareros en Buenos Aires por Carina Carloni (5ª parte)

De la mano de Carina Carloni, Cari, seguimos conociendo la historia del “faro del Palacio Barolo”. Hoy nos cuenta más datos sobre esta singular y atractiva edificación.

-Fareros en Buenos Aires-

(Fuente: https://palaciobarolo.com.ar/)

Una usina propia la autoabastecía en energía. En la década del veinte, esto lo convertiría en lo que hoy denominaríamos un “edificio inteligente”. Desde entonces existen dos montacargas y nueve ascensores, dos de los cuales están ocultos. Estos últimos respondían a las actividades comerciales de Barolo. Al llegar la mercadería ingresaba desde los montacargas ubicados en el acceso de lo que hoy es Hipólito Yrigoyen hacia los dos subsuelos, de 1.500 m2 cada uno. Barolo utilizaba los ascensores ocultos para desplazarse de sus oficinas en planta baja, 1.er y 2.º piso, hasta los subsuelos evitando el contacto con sus inquilinos, que ocupaban las dependencias a partir del 3.er piso.

Desde un inicio el Palacio provocó cierta perplejidad. Se habló de estilo “remordimiento italiano”, gótico romántico, castillo de arena, o cuasi gótico veneciano. La construcción finalizó en 1923, siendo bendecida el 7 de julio por el nuncio apostólico Monseñor Giovanni Beda Cardinali.

En la planta baja funcionó hasta su desaparición, la agencia de noticias “Saporitti”. En la actualidad, es un edificio exclusivamente de oficinas.

El lenguaje arquitectónico del edificio es difícil de inscribir en un estilo o escuela precisa. A partir de una actitud impresionista, su arquitectura representa un importante intento de conjugar distintas trazas de la tradición arquitectónica europea [porque ante el temor ante la inminente Segunda Guerra Mundial, quería preservar los estilos arquitectónicos europeos] presentes en el neogótico y el neorrománico, con modernas técnicas constructivas a la manera estadounidense y rasgos de carácter rioplatense. No hay que olvidar que la cúpula está inspirada en el templo Rajarani Bhubaneshvar (India, siglo XII) para representar el amor tántrico entre Dante y Beatriche.

El Barolo es también un buen ejemplo de las aspiraciones para abrir el camino a una arquitectura nueva, superada de las tensiones a las que había llegado el eclecticismo historicista. Desde el punto de vista urbanístico, es una pieza única que demuestra la posibilidad de aunar creatividad y respeto por el entorno. Y ya a una escala regional, con su casi gemelo, el Palacio Salvo de Montevideo, un monumento mistificador de la civilización rioplatense en su apogeo.

Las escaleras tienen 1.410 peldaños revestidos con mármol de Carrara y están decoradas con herrajes, vitraux, lámparas y molduras, mientras que las paredes y columnas fueron cubiertas por granito.

Continuará…

Autor: Los faros del mundo

Egresado del primer máster de "Historia y Patrimonio Naval" de la Universidad de Murcia que pretende conseguir y difundir la mayor cantidad de información posible sobre el fascinante mundo de los faros.

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