Durante la presentación del libro de antología poética «Cabo de Gata: espuma y versos» tuvimos la suerte de conocer a Dory Ruiz, una acuarelista y poeta que nos emocionó con la lectura de varios poemas suyos incluidos en dicho libro. Pues bien, hoy vamos a compartir la entrevista que nos ha concedido en la que nos habla de sus dos pasiones y cómo se inicio en ellas. Muchas gracias, Dory, por abrirnos los colores de tu vida.
En primer lugar lo que nos gustaría saber es qué te motiva más ¿dibujar o escribir poesía?
Ambas cosas a la par, puedes escribir en cualquier momento o situación, plasmar una idea, un pensamiento, un sentimiento, un sueño, un anhelo, a veces escribo de noche, entre duermevela, sin necesidad de coger lápiz ni papel, intento retenerlo y plasmarlo al día siguiente por escrito o incluso a veces lo hago en el móvil y al día siguiente lo repaso.
A través de la pintura para la cual ya necesitas un espacio, un tiempo y unos materiales es quizás a veces expresar lo que sentimos o lo que nos cura el alma cuando nos faltan palabras, cuando el diccionario se queda corto para expresar tanto como sentimos a veces. Y para esas ocasiones nos servimos de los colores, los trazos, unas veces mediados, otros impulsivos, las -pinceladas locas- como yo las llamo también hablan y también nos cuentan cosas hasta las pinceladas que no se dan, sólo que esas forman parte de un lenguaje más intimo. Ja, ja, ja.
¿Desde cuándo pintas y cómo surgió esa afición?
Todos pintamos desde niños; creo que es de los primeros gestos de expresión que tenemos los seres humanos; ya lo hacían los primitivos aún sin recursos, pintamos antes de andar, antes de hablar y desde luego antes de escribir. Cuando un niño te regala un dibujo es el regalo más valioso que puede hacerte.
Me resulta curioso pensar por qué abandonamos la pintura conforme vamos haciéndonos mayores. Yo retomé la pintura en 2017, ya mayor, con el único afán de salir de la monotonía del trabajo, de la casa y de una vida bastante sistemática. Pensé en la pintura porque de alguna manera siempre ha estado presente en mi vida aunque haya sido meramente como espectadora.
Y fue de la mano de mi hermana, amiga Mariquina Ramos, una magnifica persona, artista y maestra con quien comencé de nuevo a repetir aquellos trazos que abandoné de niña; luego seguí decantándome por la acuarela de la mano del mayor maestro que pudiera haber tenido, un acuarelista por excelencia, don Julio Visconti, a quien desde aquí quiero mandar un beso al cielo. Siempre agradecida por tanto como ha aportado a que la droga de la acuarela se me metiera en vena, porque a través de ella vivo grandísimas satisfacciones. He conocido gente maravillosa y sigo teniendo la suerte de compartir experiencias increíbles a través de este hermanamiento que se forja alrededor de la acuarela como en ninguna otra expresión pictórica.
¿Tienes algún horario para pintar?
No tengo horarios. Pinto cuando me viene de gusto, cuando tengo una idea, una necesidad, cuando me ilusiono con algún proyecto, cuando necesito salir de algún abismo raro, cuando la luz, el aire, los colores me llaman, cuando me encuentro en un estado de bienestar emocional o por decirte algo más hasta cuando necesito sentirme un poco niña. Por eso no acepto encargos ni sucumbo a trabajar bajo presión de ningún tipo.
Además de la acuarela, ¿sueles utilizar alguna otra técnica para pintar?
He pasado por distintas técnicas como: el óleo acrílico, ceras, pastel, carboncillo, etcétera. Pero me decanto por la acuarela por su impronta porque es una pintura espontanea, de primera intención, empiezas y acabas dada la rapidez del secado y el resultado es inmediato. También porque es una técnica donde tú no mandas, manda el agua, la humedad del ambiente, el papel y a una solo le queda aprovechar las oportunidades y transformarlas en la medida en que todos los factores y circunstancias nos permitan hasta conseguir el resultado que se pretende ¿o no? Ja, ja, ja.
Continuará…
En la imagen de cabecera aparece Dory en una pose muy simpática. Gracias por enviarnos tanto las fotografías como responder a nuestras preguntas.