Hundimiento del vapor –Sirio–
El 4 de agosto de 1906 el transatlántico italiano a vapor -Sirio- navegaba frente a las costas de Cabo de Palos en Cartagena, con unas condiciones meteorológicas favorables cuando colisionó contra el Bajo de Fuera en las islas Hormigas.
Este transatlántico fue construido en Glasgow (Escocia) en 1883. Las medidas del barco eran considerables: 115 metros de eslora por 12 metros de manga y 7 metros de puntal. La capacidad de desplazamiento era de 4.200 toneladas. El pasaje estaba acondicionado para 1300 personas, distribuidas de la siguiente forma:
- 80 personas en primera clase.
- 40 personas en segunda clase.
- 1.160 personas en tercera clase.
La tripulación del transatlántico estaba compuesta por ciento veinte personas. El capitán era Giuseppe Piccone, un marino que contaba con una dilatada carrera. Piccone contaba con cuarenta y seis años de navegación y era el capitán decano de la <Compañia Italiana de Navegación>. Este era su último viaje a cargo del -Sirius-, puesto que tenía sesenta y ocho años.
El buque cubría la ruta transoceánica entre Italia y Argentina. Pertenecía a la Compañía General de Navegación Italiana –La Veloce de Genova-. Este recorrido lo realizaba en unos quince días aproximadamente. Había partido del puerto de Génova con destino a Buenos Aires el 2 de agosto. El día 3 atracó en el puerto de Barcelona para recoger pasajeros. No sé sabe por qué viajaba tan cerca de la costa si su próximo destino oficial era Cádiz. Se sabe que atracó en el puerto de Alzira {Valencia} y que allí embarcó a cientos de inmigrantes ilegales. No se puede precisar el número exacto de pasajeros que transportaba. Y finalmente, el día 4 pasaba frente a la costa cartagenera.
Eran las 4 de la tarde cuando el buque encalló de proa en los salientes de las Islas de las Hormigas. El -Sirio- quedó inclinado sobre la cima del Bajo con la proa fuera del agua y la popa hundiéndose poco a poco. El buque contaba con muy pocos botes salvavidas, eso unido a que en aquella época no eran muchas las personas que sabían nadar hicieron que el pánico cundiera entre la tripulación y el pasaje. Los escasos medios tecnológicos con los que contaba el faro no tuvieron nada que ver con el hundimiento, puesto que la mar estaba completamente en calma y el naufragio se produjo a plena luz del día.
En la próxima entrada seguiremos aportando datos sobre el naufragio del Sirio.
La imagen de cabecera corresponde a un oleo de Marisa Jiménez Jiménez titulado -Salvamento del Sirio en Cabo de Palos-.