Seguimos compartiendo la interesante entrevista que nos ha concedido Pablo Olivares, un escritor que nos ha cautivado con su última novela. En esta segunda parte, seguimos centrados en las preguntas que se refieren a “Hormigas sobre la sal”.
La novela tiene un final abierto que puede inducir a que el personaje principal está dispuesto a vivir nuevas experiencias, ¿es así?
Sí, de hecho, desde el principio se plantea la idea de un armario lleno de pieles de personajes. Y así lo describo, como un armario de personajes, no de personas, porque desde el principio incido en la idea de la ficción y la metaliteratura como vehículo para la narración. El personaje, un escritor, podría haber elegido otra piel, pero elige ponerse la de Melany. Ese final es como una cinta de Moebius donde una cara es la historia de Melany y la otra es la del escritor, que desembocan una en la otra.
Nosotros hemos podido comentarte nuestras inquietudes sobre la novela, pero ¿qué le puedes comentar a aquellos lectores que aún no la conocen?
La historia puede enfocarse de muchas maneras. Al igual que un faro ilumina el mar intermitentemente, la novela puede contar muchas historias. Hace no mucho, el director del Colegio de Escritores de Latinoamérica contó el argumento como «un escritor que tiene que buscar la respuesta para encontrar la escritura de su libro». Yo mismo, en la presentación del libro en Madrid, introduje el evento desde otro personaje, Ludmila. Es un libro sencillo de leer, pero a la vez con muchos recovecos simbólicos. A todo aquel que lo lea, le propongo un juego: que presten atención cuando salgan elementos blancos o negros, o ambos. ¡Ah! ¡Y que no se asusten si en algún momento hay capítulos cortados bruscamente! Es intencionado, por un motivo concreto.
¿Has incluido otros faros en tus novelas?
No directamente. Sin embargo, en mi primera novela, «Proserpina en un búnker», uno de los cuatro protagonistas, Greta, también da mantenimiento a una máquina fabulosa. Esa estética casi steampunk, de engranajes y maquinarias monstruosas me atrae mucho, y el faro de «Hormigas sobre la sal» encaja perfectamente en esa pasión.
¿Cuál es el último proyecto en el que estás embarcado?
Estoy escribiendo mi tercera novela, donde estoy trabajando mucho la voz de los personajes. Aún no puedo contar mucho, y no por secretismo, sino porque a lo mejor decido cambiarlo a última hora y todo lo que pueda contar quede obsoleto, ¡jajajaja! Sí puedo decir que narrativamente se apoyará sobre monólogos internos al estilo «corriente de consciencia». Y me comprometo a meter formalmente un faro en homenaje a vosotros.

Continuará…
En la imagen de cabecera aparece Pablo en el faro de Colonia del Sacramento, en Uruguay.