«Letanía de los faros» por Jacqueline Goldberg

Os presentamos una novedad en las entradas de este blog. Un poema atípico sin estrofas al uso ni sujeto a las normas de composición. La autora de esta letanía es Jacqueline Goldberg, venezolana y afamada escritora.  Ha destacado además de por sus numerosas publicaciones en su dilatada carrera literaria, por su bagaje académico, siendo reconocida con más de veinte premios y menciones internacionales, desde Cuba a los Estados Unidos pasando por su amada Venezuela. Así que no se cumple aquello de que nadie es profeta en su tierra.

Si tenéis curiosidad por conocer más acerca de ella y de su profusa obra no lo dudéis y consultad su interesantísimo blog. Os dejamos el enlace.

http://jacquelinegoldberg.blogspot.com/

Ella escribió el siguiente texto a petición expresa del blog de los hermanos Chang. Os dejamos también el enlace.

https://hermanoschang60.blogspot.com/2020/03/letania-de-los-faros.html

            Letanía de los faros                    
                    Jacqueline Goldberg

Viajar a los faros

 Uno por uno
 fotografiarlos,
 penetrarlos,
 escribirlos. 

 Mirar qué miran.
 Decir en la duración de su luz,
 sus intervalos,
 su breve oscuridad. 

 Hacer un quieto viaje
 leyendo Al faro, de Virginia Woolf,
 Cuadernos de faros, de Jazmina Barrera,
 El faro del fin del mundo, de Julio Verne.
  
 Viajar como quien busca piedad.
  
 Pero no se puede.
 Los faros de mi país han sido raptados,
 como Perséfone,
 Ganímedes,
 Hipodamía,
 Antíope,
 Oritía.
  
 Raptados y carcomidos.
 Desaparecidos y vejados.
  
 Puedes verlos en la lejura,
 con fragilidad civil.
  
 Queda marcarlos en un mapa,
 perseguir su ruta por las islas  
 del mar Caribe y el golfo de Venezuela, 
 por la orilla continental, 
 desde la península de La Guajira 
 hasta el delta del Orinoco.
 Eso dice Wikipedia.
  
 Perseguir sus nombres,
 sus turbias coordenadas 
 ignorantes de osadías,
 relámpagos.
  
 Nombrarlos para alejar el maleficio.
 Nombrarlos en consonancia con una ceguera.
  
 Faro de Cerro Walker 
 11°48’48.1” N  66°10’52.8” O
  
 Faro de Isla Cotorra
 10°3’12” N  62°14’30” O
  
 Faro de Isla de las Aves de Sotavento 
 12°3’31.1” N  67°41’0.9” O
  
 Faro de Isla de las Aves de Barlovento
 11°57’ N  67°26’ O
  
 Faro de Isla de Aves 
 14°40’ 0.5” N  63°37’5.9” O
  
 Faro de Punta Barima
 8°36’9.6” N  60°25’8.8” O
  
 Faro Holandés
 11°57’7.9” N 66°40’36.6” O
  
 Nombrarlos para la resina, 
 el colmo de los desamparos.
  
 Faro de Punta Sebastopol 
 11°46’18.6” N  66°35’11.8” O
  
 Faro de Farallón Centinela 
 10°49’0” N  66°4’59” O
  
 Antiguo Faro de Punta Faragoza
 11°7’29.6” N  63°55’56.9”O
  
 Faro de Caraballeda
 11°7’29.6” N  63°55’56.9” O
  
 Faro de Farallón Blanco
 10°57.8’ N  63°47.5’ O
  
 Faro de Bahía de los Piratas
 10°32.2’ N  63°6.9’ O
  
 Faro de Guaranao
 11°39’59.9” N  70°12’47.8” O
  
 Nombrarlos para desdecir otros viajes,
 la llaga, los tal vez.
  
 Faro de Punta Faragoza
 11°7’29.6” N  63°55’56.9” O
  
 Faro de Choroní
 10°30’42” N  67°36’14.2” O
  
 Faro de Punta Mosquito
 10°53’10.4” N  63°53’42.8” O
  
 Faro de Isla La Blanquilla
 10°53’10.4” N  63°53’42.8” O
  
 Faro de Cumaná
 10°28’ N  64°11” O
  
 Faro de la rada de La Guaira
 10°36’7.1” N  66°56’41” O
  
 Faro de Punta Adaro
 11°44’ N  70°14’ O
  
 Nombrarlos y seguir de espaldas,
 en la creencia,
 la carencia.
  
 Faro de Punta Borojó
 11°12’6” N  70°46’42” O
  
 Faro de Cabo Negro
 11°10’40” N  63°52’48” O
  
 Faro de Puerto Cruz
 10°32’12.6” N  67°20’54.2” O
  
 Faro de Cayo de Agua
 11°49’33” N  66°56’34” O
  
 Faro de Isla San Carlos
 11°0’ 0” N  71°36’16” O
  
 Faro de Los Roques
 11°57’7.6” N  66°40’36.3” O
  
 Faro de Cabo San Román 
 12°11’22.4” N  69°59’54.9” O
  
 Nombrarlos porque somos pantanos, 
 agua de peores comienzos.
  
 Antiguo Faro del Cabo San Román
 12°11’22.4” N  69°59’54.9” O
  
 Faro de Islas Píritu (Isla de Afuera)
 10°9’51.3” N  64°58’35.4” O
  
 Faro de Islas Píritu (Isla de Adentro)
 10°8’38.7” N  64°54’46.8” O
  
 Faro de Puerto Cumarebo
 11°29’10” N  69°21’01” O
  
 Faro de Punta Macolla
 12°5’42” N  70°12’38” O
  
 Faro de Punta Oriental 
 10°54’11.4” N  65°12’11.7” O
  
 Faro de Punta Charagato
 10°50’26.9” N  64°9’22.6” O
  
 Nombrarlos en la arruga.
 Nombrarlos para el escombro, 
 el verde maleficio.
  
 Faro de Punta Palanquete 
 10°49’50.3” N  64°12’38.3” O
  
 Faro de Puerto Hierro 
 10°37’57.6”  N 62°5’47.1” O
  
 Faro de Macuro
 10°39’42.5” N  61°56’8.7” O
  
 Faro de Isla de Patos 
 10°38’19.4” N  61°52’0.1” O
  
 Faro de Punta Adícora 
 11°56’37.8” N  69°48’12.1” O
  
 Faro de La Guaira 
 10°36’8.1” N  66°57’13.1” O
  
 Faro de Punta Mejillones
 10°42’25.1” N  62°8’32.1” O
  
 Nombrarlos desde la versión indigna.
  
 Faro de Cabo Tres Puntas
 10°46’ N  62°43’ O
  
 Faro de Puerto Santo
 10°43’32.1” N  63°9’58” O
  
 Faro de Carúpano
 10°40’13.6” N  63°14’57.2” O
  
 Faro de Morro de Chacopata
 10°42’26.5” N  63°48’42.1” O
  
 Faro de Punta Arena
 10°30’56.5” N  64°14’39.1” O
  
 Faro de Isla Chimana Segunda
 10°17’28.15” N  64°36’24.47” O
  
 Faro de Punta Ballena
 10°59’52.6” N  63°46’39.3” O
  
 Nombrarlos en el funambulismo,
 la decepción.
  
 Faro de Isla Borracha
 10°18’11.8” N  64°44’1.3” O
  
 Faro de Isla Borrachitos del Este
 10°15’8.2” N  64°45’39.9” O
  
 Faro de Morro de Robledal
 11°2’34.9” N  64°22’37.8” O
  
 Faro de Cabo Codera
 10°34’32.9” N  66°3’12.3” O
  
 Faro de la Sabana
 10°37’15.2” N  66°23’0.4” O
  
 Faro de Naiguatá 
 10°37’8.5” N  66°44’41.3” O
  
 Faro de Moporo
 9°34’48.6” N  71°3’57.8” O
  
 Nombrarlos de cara al hartazgo,
 por lo inmóvil, 
 las balas en el hombro.
  
 Faro de Punta Camurí Grande
 10°37’8.5” N  66°44’41.3” O
  
 Antiguo Faro de Monjes del Sur
 12°21’35.1” N  70°54’9.4” O
  
 Faro de La Puntilla
 10°57’1.8” N  63°50’50.9” O
  
 Faro de Punta Brava 
 10°29’24.4” N  68°0’31.8” O
  
 Faro de Cumarebo
 11°29’ N  68°21’ O
  
 Faro de Monjes del Sur 
 12°21’37.1” N  70°54’8” O
  
 Faro de Cayo Herradura 
 11°0’ N  65°23’ O
  
 Faro de Punta Perret 
 11°47’40.8” N  71°20’22.7” O
  
 Faro de Unare
 10°5’31.6” N  65°10’45.2” O
  
 Nombrarlos,
 a gritos,
 sin mar,
 sin islas,
 sin lámpara,
 sin ojo en el horizonte.
  
 Nombrarlos porque nada es sólo una cosa 
 y el otro es también un faro,
 o algo así escribió Virginia Woolf.
  
 Nombrarlos para sobornar
 la monótona enfermedad 
 de guardar esperanzas.