La ubicación de los faros determina el tipo de material que se ha de usar en su construcción. Existen diferencias si el faro está ubicado en tierra firme o se erige en el mar.
Construcción en tierra
Las estructuras construidas en tierra firme constan de una torre que alberga el faro y de varias dependencias anejas, entre las que se encuentran las destinadas a viviendas de los torreros y las que sirven para los equipos de sirena y radio.
Construcción en el mar
Las estructuras construidas en el mar por motivos obvios contienen dentro de la misma torre todas las dependencias que en las estructuras de tierra firme son anejas al faro. A pesar de que pueda parecer lo contrario la estructura de todos los faros es la misma.
La altura de las torres de los faros se calcula en función de la altura del terreno donde están situadas y el alcance necesario para la luz. Al considerar la estabilidad de la torre deben tenerse en cuenta: la fuerza del viento y en ocasiones el empuje de las olas.
El sistema de iluminación de los faros ha evolucionado igual que la iluminación en el ámbito doméstico. Empezaron por las maderas, luego las velas, a continuación con la revolución industrial se introdujeron el carbón, el aceite, el petróleo y otros gases. Todos estos materiales han sido usados para obtener la luz hasta que se descubrió y se generalizó el uso de la electricidad. En la actualidad, la energía solar es la fuente de energía utilizada en un importante número de faros automatizados.
En España, en el año 1842 se constituyó la Comisión Permanente de Faros. Un órgano colegiado de carácter interministerial cuya misión es emitir un dictamen sobre las señales marítimas de nueva creación o existentes. En el año 1847 se aprobó el primer “Plan de Alumbrado Marítimo de las costas españolas”. Este plan dio lugar a la mayor parte de los faros existentes en nuestro país.
Fuentes Bibliográficas
- Historia de los faros. Puertos del Estado. Ministerio de Fomento