Continuamos con el relato de Jordi de Mallorca en la sección denominada “Sueños de un farero”. Hoy os mostramos la tercera parte de un relato que sigue cautivándonos. Esperamos que os guste tanto o más que las anteriores.
SER FARO
Se podría decir que el guion de la vida está mejor escrito que cualquier libro, serie o película porque nos sorprende. Aprendamos de ello. Me apetece romper el hielo, ver patrones y sobre todo aprender para no caer en las mismas trampas de siempre. Hay que dejarse sorprender. A fin de cuentas si supiéramos nuestro destino nos volveríamos locos.
A veces desearía ser el geógrafo del Principito. Alguien que sabe un poco de todo sin necesidad de desplazarse y en parte me siento así. Al igual que el personaje, a mí también me falta moverme del sitio, explorar otros mundos, tener otras conversas que no sean conmigo mismo y así dejar de intoxicarme con mis pensamientos viciados y en bucle. Quiero absorber otras ideas y nutrirme de otros mundos. Quiero dejarme sorprender y si hay que volverse un poco locos, lo acepto.
Siempre tengo muchos prejuicios al conocer a alguien nuevo. Les hago una radiografía de poca resolución. Con apenas un esbozo ya hay un descarte. Por norma general, ese esbozo suele llevarme cerca de hora y media de conversa. Considero que ese es el tiempo necesario que utiliza una persona normal para definirse como ser humano antes de caer en repeticiones o subirse por las ramas. Los hay que sacan un trauma a los 20 minutos de monólogo. Para mí son individuos rotos. Sobre todo si sucede en un primer contacto. Suelen ser victimistas. El mundo va en contra suya. Por supuesto los hay que sacan todo su arsenal en pocos minutos, no se pueden aguantar y en pocos silencios la persona ya no tiene mucho que contar volviendo una y otra vez al punto de partida y remarcando lo evidente. Lo más lógico que se puede hacer en este primer grupo es alejarse de ellos. No suelen buscar soluciones ni cambios. Solo se centran en los problemas. Desean que por arte de magia los demás los entiendan y que el mundo cambie por ellos. Es un imposible que yo no voy a aceptar…
Continuará
La imagen de cabecera corresponde a la bicicleta de Jordi, el vehículo con el que recorre su isla, visitando faros, torres y el que le sirve de inspiración para confeccionar sus relatos.