Impresiones de Julio Herrera sobre su nuevo libro «Faros. Luces del Norte»

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Recientemente he publicado mi último libro “Faros. Luces del Norte”. Es una obra que recoge a través de imágenes y breves textos la personalidad de los faros del norte de España.

Pero ¿qué entendemos actualmente por -faro-?

Sería una señal luminosa permanente situada en un promontorio y que en la oscuridad o mala visibilidad señala una situación o un peligro. Sin embargo, debemos de hacer una previa diferenciación entre faros y balizas.

    • Faros: su luz es blanca con intermitencias y suelen superar las 14 millas llegando hasta las 70 millas.
    • Balizas: de estructura generalmente mucho más sencilla, suelen ser de luz fija y de un alcance mucho menor. En ocasiones las balizas alcanzan categoría de faro y viceversa. Cuando marcan la entrada a puertos su luz es verde (estribor) y roja (babor).

Dentro de los faros, la clasificación tradicional se basa en seis órdenes:

    • 1.er orden: los de más potencia e intensidad. Se encuentran en lugares que dominan gran cantidad de kilómetros de costa. Su alcance oscila entre las 30 y 70 millas.
    • 2.º, 3.er y 4.º orden: referencia para la navegación de cabotaje y avisan de la cercanía de escollos, islas o bajos.
    • 5.º y 6.º orden: suelen marcar la entrada de una ría o un puerto.

Actualmente esta clasificación se ha visto muy afectada debido a los numerosos avances técnicos en iluminación.

Además de la diferencia por los órdenes tradicionales, los faros según su estructura tienen formas muy diversas. Normalmente constan de tres partes fundamentales más, en ocasiones casa del farero:

    1. Base
    2. Fuste
    3. Linterna
    4. Casa del Farero

BASE

Si no arranca directamente de la tierra éstas pueden ser muy variadas:

    • Un simple pedestal de hormigón: Lastres, Cabo de Ajo, Cabo Ortegal o Punta Roncadoira.
    • Arrancando del interior de la casa del farero: Ribadeo, Touriñan, Cabo Mayor.
    • Sobre primitivas estructuras: Castro Urdiales.

FUSTE 

    • Troncocónica: es la forma más tradicional y que mas identificamos con los faros. Además, suelen ser los faros más antiguos: Isla de Mouro o Castro Urdiales.
    • Troncopiramidales: la planta está formada por un polígono de cuatro, seis u ocho caras: Cabo Vilan, Cabo Torres, Silleiro, Salvora, Oms, etc.
    • Prismáticos de sección cuadrada: la planta forma un cuadrado y aquí encontramos el faro más antiguo de España: la Torre de Hércules, Luarca, o Cabo Higuer.
    • Cilíndricos: suelen corresponder a faros modernos, construidos sobre los años 80 y 90 del pasado siglo, en hormigón y respondiendo a una tipología muy similar con uno o dos balconcillos en su parte alta. (Muchos se construyen junto al primitivo faro sustituyéndolo): Cabo Ortegal, San Cibrao, Cabo de Ajo, Lastres, San Agustín, etc.
    • Diseños modernos muy variados: son los últimos faros construidos ya a finales del siglo pasado y comienzos de éste; en materiales muy dispares como: Punta Nariga, inaugurado en 1998, construido con rocas graníticas de diferentes tonos; el de Frouxeira, construido en 1992, con hormigón y con una extrañísima forma muy vanguardista e innovadora; o el faro de Gorliz, inaugurado en 1991, con una alta torre poligonal adherida a otra pequeña cilíndrica.

LINTERNA

Ocupa la parte superior del fuste y es el corazón del faro. Albergan la óptica del faro. Estas ópticas pueden ser fijas o giratorias, sobre una base de mercurio y estar accionadas por una maquinaria de relojería o un motor eléctrico. Normalmente llevan lentes dióptricas y catadióptricas.

Las más espectaculares, en las que el farero puede entrar en su interior, corresponden a los faros de 1.er orden como: el de Torres, Estaca de Bares o Machichaco.

Habitualmente la linterna se cubre con una cúpula que termina en una veleta con la fecha de construcción del faro y un pararrayos. Algunos faros tienen una linterna aérea, para que sirva de referencia a los aviones. En este caso, su cúpula está recubierta de cristales dándole un aspecto muy atractivo: Cabo Vidio, Punta Nariga o Gorliz.

CASA DEL FARERO

Son muy variadas y sólo existen en los más antiguos. Suelen estar adosadas al fuste del faro o sirviendo de base. Pueden ser circulares como: la de Cabo Mayor; cuadradas o rectangulares como: Cabo Higuer, Zumaia o Cabo Torres; o en forma de U: Silleiro, Sálvora o Cabo Peñas.

Además, el tamaño varia mucho dependiendo del número de fareros que se necesitase, siendo los de 1.er orden las más grandes con dos o tres plantas.

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Antecedentes de Faros. Luces del Norte

Antes de la realización de este libro trabajé en otros proyectos que me fueron acercando cada vez más al mundo de los faros como:

  • La Costa Asturiana: El litoral mágico. 2002
  • Villas Marineras. 2014
  • Luz de Tormenta. 2016

El ámbito geográfico del libro lo define el propio titulo: Luces del norte.  Recoge los faros mas interesantes del Atlántico norte peninsular, es decir, desde Biarritz hasta Baiona.

El libro se divide en 4 capítulos:

  1. Galicia:         20 faros
  2. Asturias:      14 faros
  3. Cantabria:     7 faros
  4. País Vasco:   9 faros

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¿Qué encontraremos en este libro?

FOTOGRAFÍAS. Es un libro eminentemente fotográfico que buscan captar la personalidad y la unión de los faros con el paisaje natural. Hay muchos libros sobre faros, pero pocos sobre FOTOGRAFIAS DE FAROS.

Son imágenes realizadas en atardeceres, amaneceres, temporales, nieblas, tormentas o imágenes intimistas que describen su personalidad. Para mí, los faros no son simples construcciones humanas son el último vinculo entre hombre y naturaleza. Un intento por dominar las fuerzas de la naturaleza se ha convertido en una unión con ésta como en ninguna otra construcción humana.

Como cita Manuel Rivas al inicio del libro: los faros pertenecen a un orden especial de la naturaleza… Los faros son seres vivos. Más que formar parte del paisaje, lo crean.

TEXTOS.  Además, cada faro lleva una pequeña descripción en la que figuran sus características básicas como: el alcance, altura sobre tierra y sobre el mar, una breve reseña histórica y alguna anécdota o singularidad.

Al principio del libro como no podía ser de otra manera hago dos interesantes introducciones: una sobre los faros en general y otra sobre los fareros.

Edgar Max, Bill el Largo, nos ha enviado una fotografía de su ejemplar y la hemos incluido en esta galeria. Gracias.

Entrevista a Julio Herrera, autor de «Luz de Tormenta»

Julio Herrera

Para mí los faros son más que una construcción humana, son como un eslabón perdido entre la naturaleza y una sociedad que cada vez está más inmersa en las nuevas tecnologías y se ha ido distanciando de unos valores, como el amor a lo auténtico, la belleza de las cosas simples o el respeto hacia la naturaleza. Además los faros y sus entornos ralentizan el tiempo haciéndonos apreciar un paisaje, un atardecer, una tormenta, o el misterio de una luz que se pierde en la inmensidad del mar nocturno.

Como un ejemplo de ese magnetismo que los faros experimentan hacia las personas está el «faro del Cabo Peñas» en Asturias, que es uno de los lugares con más encanto del norte peninsular.

¿Qué distingue a los faros del norte de la Península de otros?

La costa norte de la península ibérica bañada por el mar Cantábrico y el océano Atlántico está muy expuesta a los fuertes temporales que en determinadas épocas del año bajan del norte de Europa. Además es una costa muy abrupta y rocosa con altos acantilados de vértigo, lo que la convierte en una de las más peligrosas para la navegación de toda la Península, no en vano un tramo de ésta se denomina La Costa da Morte debido al altísimo número de naufragios.

Su climatología es muy cambiante, creando unas luces en su entorno variadísimas y de una gran calidad para trabajar con ellas, desde el punto de vista fotográfico. Muchas de las fotografías realizadas para este libro las tuve que hacer en muy poco tiempo ya que unos rayos crepusculares, un arcoíris o una mágica luz de tormenta apenas duran unos segundos y hay que estar preparado. A veces el trabajo de toda una semana de planificación, información y búsqueda de localizaciones tan solo da como resultado una fotografía, pero si el resultado era lo que buscaba siempre merece la pena.

Si a todo esto unimos la belleza, variedad física y el óptimo estado de conservación de gran parte del litoral norte, especialmente en tramos de la costa asturiana, algunos casi vírgenes, estamos en un entorno de un gran valor fotográfico en donde sus faros juegan un papel relevante.

De los cincuenta faros que seleccionas en el libro, ¿cuál es el más especial para ti?

Esa es una pregunta difícil de contestar, puesto que estamos hablando de casi 2.000 kilómetros de costa con faros construidos en su mayoría a lo largo de tres siglos (sin contar la Torre de Hércules que data del siglo II) y en lugares muy diferentes como cabos solitarios, islas, rodeados de bosques, a la entrada de un puerto o en la desembocadura de un ría. Además, el encanto de un faro no solo está en su arquitectura sino que a veces es más importante el lugar que lo rodea.

De todas formas, como fotógrafo, amante de la naturaleza y de sus manifestaciones más extraordinarias, uno de los que más me ha impresionado y más he fotografiado a lo largo de los años es el faro de la isla de Mouro en Cantabria, especialmente durante los fuertes temporales ya que el espectáculo que crean las enormes olas rompiendo contra este sobrio faro es simplemente impresionante. Sin embargo, podría citar muchos más como los faros de Cabo Vilán, Punta Nariga, Candieira, Cabo Ortegal o Punta Roncadoira en Galicia; faros de cabo Vidio, Peñas o Lastres en Asturias; faros: cabo Mayor y Castro Urdiales en Cantabria o los faros de Gorliz, Machichaco y cabo Higer en Euskadi. De cualquier forma los cincuenta faros que aparecen en el libro tienen un encanto especial.

¿Con las nuevas tecnologías para la navegación crees que los faros son necesarios?

Evidentemente ya no son tan imprescindibles como hace cuarenta años, aunque siguen manteniendo actividad, su función se ha convertido más en una ayuda para la navegación de cabotaje que en una necesidad vital para su seguridad. De hecho, su futuro parece algo incierto ya que el número de fareros a su cargo es cada vez menor, casi todos están ya automatizados y como me decía José Luis, farero del «faro de Cabo Peñas» en Asturias que está a punto de jubilarse, ya no se forma gente nueva para la sustitución de los fareros por lo que puede que esta sea su última generación. Esta situación los hace aún más del gusto de los románticos.

Los faros representan todas esas cualidades que el movimiento romántico del siglo XIX manifestaba: valoración de lo antiguo y tradicional frente a las nuevas modernidades, sentimiento de soledad y de individualismo, total identificación con la naturaleza, y ansia de libertad y rebeldía. Todo el mundo se siente fascinado por los faros y su entorno, a nadie le dejan indiferente.

¿Los faros son tan inspiradores?

Son muchas las películas en las que aparece la figura del faro y en algunas es el centro del argumento. Recientemente se han estrenado dos películas muy interesantes con un faro como telón de fondo: “Keepers, el misterio del faro” del director Kristoffer Nyholm estrenada en el 2019 y “El faro” de Robert Eggers estrenada a principio del año 2020.

Los faros no son unas construcciones. Hay una pequeña cita de Manuel Rivas al inicio del libro en donde dice: …no hay arquitectura comparable. Los faros son seres vivos. Más que formar parte del paisaje, lo crean. Estoy completamente de acuerdo con Manuel Rivas y esta percepción sobre los faros es lo que hace que sean tan inspiradores para músicos, directores de cine, pintores o fotógrafos.

Es un elemento vivo que en la película “El faro” queda muy patente, pero también trasforma el paisaje porque no es lo mismo un cabo, una isla o un estuario con un faro que sin él.

Para mí como fotógrafo, los faros me resultan enormemente inspiradores, proporcionándole al paisaje una gran fuerza y dándole una dimensión y unas características diferentes. Además, como si fuese un ser vivo, este cambia del día a la noche, arrastrando al paisaje consigo. Cuando en la noche enciende su luz es como si despertara de un letargo y volviera a la vida.

¿Puede ser una solución a la conservación de los faros las iniciativas comerciales que han surgido en los últimos años?

Quizás una de las posibles soluciones para esa segunda vida pase por darles a los edificios otras funciones. De hecho, ya se está haciendo en algunos faros como es el caso del «faro de cabo Torres» en Asturias en el que hay una exposición permanente; lo mismo sucede con el de Cabo Peñas también en Asturias, Cabo Vilán en Galicia o el de Suances en Cantabria en el que está el centro de interpretación de un área natural protegida.

Además de estas soluciones, también se puede usar una parte del edificio como café o restaurante. Así sucede en el «faro del Cabo Vilán» y en el de «Punta Cabalo» en Galicia y por último, otra alternativa quizás la más polémica es la de convertirlos en alojamientos. Quizás esta alternativa quite algo de la magia y romanticismo a estos adustos monumentos, pero ante la perspectiva de ruina podría ser una buena posibilidad. De hecho, esto es bastante usual en otros países como Noruega. En la costa cantábrica hay un ejemplo en el «faro de la isla de Pancha» en Ribadeo donde existen dos apartamentos.

De cualquier modo no podemos olvidar que no dejan de ser edificios públicos situados en lugares enormemente seductores y que atraen a mucha gente, por lo que sus posibles usos no deberían restringir el poder visitarlos a cualquier persona.

Fuera de España ¿qué faros te han impactado más?

Todo faro tiene un encanto especial y los paisajes que los rodean suelen ser auténticamente espectaculares. Pero por citar algunos de los que más me han emocionado estarían el «faro de la Península Díaz» en el sur de Namibia. Es un faro sobrecogedor en medio de la nada, sobre una península desértica, áspera pero bella que se adentra en un mar salvaje, donde abundan leones marinos y una gran cantidad de aves.

En Islandia, el «faro de la isla de Grótta» abrazado por la aurora boreal o con las luces árticas del amanecer no tiene desperdicio. También el enorme «faro de Akranes» al oeste del país es de una belleza especial.

Otro faro que me ha transmitido grandes emociones es el de «Cabo Espartel» al atardecer. Este hermoso faro, el primero construido en Marruecos, es un símbolo de unión entre dos continentes que a la vez están cercanos y lejanos.

¿Cuál es tu próximo reto?

Actualmente estoy trabajando en varios proyectos:

Uno es un manual de fotografía sobre como fotografiar el paisaje en situaciones muy cambiantes y rápidas de luz como sucede en los amaneceres, atardeceres, tormentas, arcoíris, auroras polares, temporales marinos, rayos crepusculares, etc. Son imágenes de todo el mundo con las que quiero transmitir mis conocimientos y experiencia para no perder ese instante que a veces solo dura unos segundos y es crucial para conseguir la imagen.

Y por supuesto, sigo trabajando en varios proyectos sobre faros, siempre buscando luces especiales y momentos evocadores.

Muchas gracias, Julio.

Reseña de «Faros. Luces del Norte» por Gema Monlleó

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Faros. Luces del Norte. Julio Herrera. Ed. Anaya Touring, 2020.

No recuerdo cuantos años hace que quiero ser farera. Mi naturaleza utópica me empuja a profesiones minoritarias (soy bibliotecaria y trabajo como librera) y si el duende de la lámpara mágica se presentase ante mí, no tengo duda de que mi petición sería esta: quiero ser farera. Quizás que empiece a frotar, a ver qué pasa.

Mientras espero la magia, el milagro, me fascina mirar imágenes de faros, leer historias de fareros (ellos, casi siempre), ver películas con faros y fareros (no me quito de la cabeza a Willem Dafoe y Robert Pattinson), rememorar poemas (Desde el balcón más alto de mi faro / pesco con caña. / Veinte metros de hilo / y un anzuelo de plata…, Emilio Prados).

No sé si es una distracción o un consuelo, tal vez ambos, pero ahí me he quedado hoy, frente al libro de Julio Herrera cuando he llegado a mi trabajo en la librería Nollegiu del Clot (en Barcelona). ¿Puede haber algo mejor un domingo laboral que tener un libro de gran formato con fotografías increíbles (del mismo Julio) y pinceladas históricas de los faros del norte de España?

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El libro está organizado geográficamente y recoge de manera exhaustiva todos los faros desde las Rías Baixas, en su frontera con Portugal, hasta Biarritz; Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco. Hace un repaso minucioso de cada uno de ellos: fecha de construcción, descripción arquitectónica, años en funcionamiento, tipo de lámpara y óptica, paisaje e interés turístico-histórico.

Julio Herrera lleva años fotografiando faros de todo el mundo y busca (y consigue) captar en sus imágenes los momentos en que una iluminación fugaz y especial confiere a lugares ya de por sí mágicos para los que los amamos, el instante en que el faro y su entorno se convierten en lugares míticos, de leyenda.

En el libro queda patente la evocadora poética de los faros, su aire nostálgico y melancólico frente a los avances técnicos que tal vez les restan su primitiva importancia, pero no su belleza. Las tormentas, los acantilados, los temporales, el impacto de las olas en las torres, la agitación del mar, las noches de luna y los puntos luminosos de las estrellas, los tonos rosados del atardecer… Todo ello está en estas luces del norte.

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Galicia, con su más de mil kilómetros de litoral y sus espectaculares accidentes geográficos, es la comunidad con más número de faros del norte de España. Destacan faros míticos, lugares de peregrinaje, como los de Fisterra y Candieira (Cedeira) y otros de paisaje salvaje como Cabo Prior o Isla de Sálvora. Asturias, con sus tramos de costa vírgenes y el verdor y los bosques que lindan con el mar, es una costa protegida y en armonía con el entorno natural donde encontramos faros solitarios como el de Lastres y faros de postal como el de San Esteban de Pravia, que cuando hay olas de ocho metros queda totalmente envuelto en agua. Cantabria, pese a tener el menor número de faros de España, cuenta con una fortaleza medieval en la que se levanta el faro de Castro Urdiales. Y en el País Vasco, con sus estuarios, amplias bahías y paisajes agrestes con acantilados, con sólo doscientos kilómetros de costa, encontramos desde faros grandes y potentes como el de Igeldo (Donosti), hasta otros que imitan castillos medievales (Cabo de la Plata) y algunos de influencia francesa como el de Biarritz.

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Este libro no se explica: se siente. Soledad, agitación, protección, naturaleza estallando y un oráculo firme: las luces del norte. Releo a Manuel Rivas en la cita que da inicio al libro:

“Hay un lapsus en el Génesis. Y es que no dice cuando fueron concebidos los faros. Son obra humana, pero pertenecen a un orden especial de la naturaleza, como los barcos. Por muy prodigiosas o grandiosas que sean otras construcciones, no hay una arquitectura comparable. Los faros son seres vivos. Más que formar parte del paisaje, lo crean”.

Ojeo de nuevo el libro y siento el viento en mi pelo, la espuma de las olas en mi cara. Cierro los ojos y escucho el rumor del mar, la tormenta que se acerca… No puedo evitar mirarlo como un Infojobs para fareros, pero no, no encuentro pistas, direcciones a donde enviar mi cv de farera en ciernes. Así que lo cierro y regreso a la lámpara mágica. Empiezo de nuevo a frotar. A ver qué pasa…

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Muchas gracias, Gema, por tu brillante reseña.