Mario Sanz Cruz, el guardián de la luz (3ª parte)

Mario Sanz Cruz es el farero de Mesa Roldán y este verano ha cumplido 30 años al frente de “su” faro. Por esta singular celebración se le ha rendido homenaje y nosotros queremos sumarnos a esta bonita efeméride planteándole 30 preguntas, una por cada año de servicio, con la particularidad de que los que habéis formulado las preguntas sois todos los que nos leéis. Os dejamos la tercera y última parte de esta entrevista que nos ayudará a conocer un poco más a Mario y sus vivencias durante tres décadas.

21-Estos 30 años han debido tener momentos únicos, ¿puedes citar alguno?

Cuando el faro de Mesa Roldán cumplió 150 años, junto con los de Cabo de Gata y Roquetas, en 2013, preparé una exposición y un libro conmemorativo, ayudado por la poeta Pilar Quirosa, el pintor Ernesto Pedalino y Fernando Hernando, entre otros escritores, artistas y amigos, que sumaron 183. La inauguración de esa exposición y la presentación del libro rodeado de gran parte de estos colaboradores de lujo, fue un momento inolvidable.

22-Si tuvieras que elegir otro, en cualquier rincón del planeta, ¿cuál sería tu faro soñado donde ejercer tu profesión?

Hay cientos de faros que me encantan en todo el mundo y no sabría cuál me gusta más, pero, ya puesto a elegir, me gustaría ser el farero del reconstruido faro de Alejandría. Aunque, como eso no es fácil, sigo eligiendo Mesa Roldán.

23-¿Qué fue lo que te motivó a tomar la vida de farero y cuál es el secreto para permanecer tanto tiempo en ella?

Me hice farero porque mi pareja siempre quería ir al mar. Me presenté a las oposiciones y las aprobé sin saber cómo era un faro por dentro y sin vocación. Llegué a Mesa Roldán 5 meses antes de que declararan a extinguir el cuerpo para el que había opositado y eso me hizo meterme de lleno en el mundo de los faros, como heredero de algo que se acababa. A partir de ahí todo vino rodado, leer los documentos que habían dejado mis antecesores, escribir sobre ellos, atesorar recuerdos, dar charlas y hacer de los faros el centro de mi vida. Estar activo ayuda a que los años pasen sin darte cuenta y, cuando echas la vista atrás, ves la estela de tu evolución, lo que has ido creando y, humildemente, te da mucha satisfacción.

Mientras estás viviendo en una ciudad, no sabes qué es la soledad. Cuando llegas a un faro asilado, descubres que la soledad es un aliado perfecto para los que tenemos muchas cosas que hacer y pocos problemas de conciencia.

Además, quisiera pedirte un mensaje para hacerlo llegar a nuestros fareros en Chile, lo cual creo, los motivará, especialmente en esos días que sienten la soledad que ellos deben vivir. Un abrazo a la distancia.

Pues quizá hay una que sí me he preguntado mientras leía su libro. Me pregunto si uno se hace farero porque es una persona solitaria o si uno se hace farero por buscar la soledad. Me refiero, si uno decide trabajar en eso porque se encuentra bien en ese ambiente por su forma de ser o si por el contrario, lo hace buscando la soledad por circunstancias personales (por ejemplo). Porque ser farero hay que valer mucho. Imagino que habrá de todo pero me parece una pregunta interesante de hacer.

24-Sabemos de tu colección de gorros y sombreros ¿tiene algo que ver con los fuertes vientos que azotan el faro y las anécdotas de turistas que pierden el suyo?

Hay una canción antigua, que se cantaba entre los marineros ingleses, que decía “En Cabo de Gata cuida tu sombrero”, aludiendo a los vientos de la zona. Es verdad, pero los gorros que me llegan con el viento son pocos. Hay que buscarlos en los viajes por el mundo.

25-¿Cómo, cuándo y por qué decidiste dedicarte a la vida de farero?

Cuando, en Madrid, le dije a mi mujer que si tenía suerte se iba a hartar de mar y, después de mucho estudiar, aprobé la oposición en 1990. Inconscientemente había dado el salto a un mundo desconocido que me fascinó desde que lo descubrí por dentro.

26-¿Te has sentido solo y has agradecido estarlo?

No tengo sensación de soledad por más que esté solo horas y horas. Es más, echo de menos las horas de soledad cuando estoy de vacaciones y todo el día me encuentro rodeado de gente con la que hay que interactuar sin mucha pausa. Eso no quiere decir que se antisocial, solo que me gusta hablar y relacionarme pero no todo el día.

27-¿Qué pasa con el faro cuando te vas de vacaciones? ¿Se queda alguien encargado de él?

Viene un par de veces a la semana mi compañero que está en Cabo de Gata. Yo hago lo mismo cuando él no está.

28-¿Son las noches de tormenta en un faro tan impresionantes como nos imaginamos el resto de los mortales?

Son muy impresionantes y también peligrosas. En la casa no hay problema, pero a la linterna es muy arriesgado subir con tormenta, ya que los rayos caen a veces sobre el faro y la mala tierra hace que deriven por los sitios más insospechados, produciendo averías y roturas. Eso sí, es muy bonito ver cómo los focos del faro pegan en las nubes cercanas, como un carrusel encerrado entre colchones. En esos momentos el faro no puede verse desde el mar y pierde su función principal, pero no deja  de ser una experiencia.

29-¿Algún hobby que ayudase a pasar las horas, especialmente en la época pre-internet?

A mí me ha ayudado mucho la escritura, tanto de narrativa como de ensayos. La búsqueda de documentación para los libros y su redacción, te ocupan muchas horas y te dan muchas satisfacciones. Pero, además, soy un coleccionista empedernido, lo que también ayuda; leo mucho y canto, así que no tengo tiempo de aburrirme.

30-¿Ves beneficioso para la gestión y el papel de un faro, la transformación de la profesión de farero hacia modelos de gestión y mantenimiento a través de empresas mantenedoras?

Sé que ese es el futuro de muchas zonas, pero también sé que va a bajar la calidad del mantenimiento de los faros y las condiciones de trabajo de los técnicos que lo realicen. No me gusta pero no creo que haya otro plan a la larga. Lo siento.

Queda poco para que empiece 2023 y se cumplan 31 años al servicio del faro. Así que te formulamos la pregunta del año que viene.

31-¿Cuándo se te ocurrió la idea de crear un museo?

Siempre he sido como las urracas, he ido guardando de todo, porque me da pena que se pierdan las cosas antiguas, que se olviden y se destruyan. Al entrar en el faro, me centré en este tipo de coleccionismo y, cuando la casa ya estaba saturada de objetos sobre faros, empecé a ver la necesidad de colocarlos en algún lugar más adecuado y más visible. La vivienda del otro farero, que se había ido en 1993 y permanecía vacía, era el lugar idóneo. Así empezó a convertirse en un museo, que ha ido creciendo con el tiempo y está abierto al público con citas previas, desde 2010. La idea es que se convierta en un museo abierto al público cuando yo me jubile y pueda ampliarse a la vivienda que ahora ocupo. Espero que así sea.

Estimado Mario. He seguido tus historias de faros por el Twitter de @LosFaros y me parecen muy cercanas a lo que ocurre en los faros de este lejano Pacífico austral acá en Chile. Te felicito por tus historias y por la pasión que tienes por los faros. Desde Chile, un gran saludo en tus 30 años como farero, toda una vida. En Chile, los numerosos faros de la extensa costa de las de 4.000 kms. están a cargo de la Armada y no tenemos la experiencia de estar tanto tiempo en un faro. El tiempo más prolongado en un faro es de 1 año. Desde hace algunos años tenemos faros habitados con familias, como por ejemplo, el faro Cabo de Hornos que junto al Faro Diego Ramírez son los faros habitados más australes del mundo.

Muchos abrazos y destellos para los fareros chilenos. Aguanten en los faros lo más posible, ya que en Europa y otras zonas del mundo están dejándolos vacíos de personas que les den vida. Ya me gustaría visitar los faros de ese extremo sur, lleno de islas, temporales y leyendas.

Muchísimas gracias Mario por tu tiempo, tu dedicación y por todo lo que haces por los faros.

Mario Sanz Cruz, el guardián de la luz (2ª parte)

Mario Sanz Cruz es el farero de Mesa Roldán y este verano ha cumplido 30 años al frente de “su” faro. Por esta singular celebración se le ha rendido homenaje y nosotros queremos sumarnos a esta bonita efeméride planteándole 30 preguntas, una por cada año de servicio, con la particularidad de que los que habéis formulado las preguntas sois todos los que nos leéis. Os dejamos la segunda parte de esta entrevista que nos ayudará a conocer un poco más a Mario y sus vivencias durante tres décadas.

11-¿Cómo ha cambiado el oficio en estos años?¿Has tenido alguna visita o experiencia curiosa?

El oficio ha cambiado sobre todo en que, al ser un cuerpo declarado a extinguir en 1993, tenemos que hacernos cargo de los faros que van quedando sin farero, por jubilación de compañeros cercanos, y eso hace que tengamos que ir de faro en faro, haciendo revisiones y mantenimientos a bastantes kilómetros de distancia. La idea del farero unido a un único faro específico ha sido sustituida por la diversificación en varios faros y un uso muy frecuente del coche.

Visitas curiosas he tenido muchas, de políticos, actores y gente singular, pero siempre me acuerdo de la visita de un autocar lleno de observadores de OVNIS, que me preguntaron si había visto algo raro desde el faro. Mi respuesta fue, que ellos eran lo más raro que había pasado por aquí hasta la fecha.

12-¿Cómo has visto los cambios en la navegación desde tu trabajo?

Las embarcaciones grandes se han separado, cada vez más, de la costa, para evitar accidentes. Los pescadores profesionales se van viendo reducidos y aumentan los pescadores jubilados que lo hacen por entretenimiento. Han aumentado las embarcaciones deportivas, sobre todo motos de agua y kayaks. Unas quemadoras de gasolina sin sentido y las otras quemadoras de grasa, más positivas para la salud de todos.

13-¿Cómo se ve el mundo desde el faro?

El mundo se ve muy grande, viendo tanto mar y tanta tierra desde los 222 metros de altura, te das cuenta de lo que eres, una pequeña mancha negra dentro de un puntito de luz. Compruebas que no eres el centro del universo ni nada importante más allá de tu entorno más cercano.

14-¿En los momentos de guerra o crisis como te afecta a la vida en el faro?

Las guerras actuales quedan lejos, por suerte, pero las pasadas han hecho apagar los faros para que no sirviesen de referencia al enemigo y les han hecho blanco de sus ataques, destrozando muchos faros.

15-¿Cuál es el momento más alegre o difícil de tu profesión?

El momento más alegre es el de amanecer cada mañana en el faro. El más difícil será el atardecer del día en que tenga que dejarlo.

16- ¿Cómo te organizas la vida en el trabajo?

Soy muy organizado y, para estar solo en un faro, hay que serlo. Tengo horas para el mantenimiento, horas de ordenador, Horas de investigación, días para desplazarme a otros faros y ratos de mirar el horizonte, siempre sorprende.

17. ¿Qué es lo más llamativo de la fauna que has visto desde el faro? ¿y la nave más curiosa?

Oír panzazos en el mar, asomarte y ver una pareja de rorcuales desde el faro es muy impresionante, aunque haya mucha distancia.

En cuanto a barcos, la Expo de 1992 hizo que pasasen por debajo del faro los buques escuela de España, Italia, Gran Bretaña, etc. Una sucesión de impresionantes buques históricos.

18- ¿Crees que cuando desaparezcáis los últimos fareros los faros perderán gran parte de su alma y personalidad?

Un faro vacío es muy diferente de un faro habitado. Se nota en el mantenimiento del edificio, en el cuidado del entorno, en que nadie te ve si tienes problemas, en que nadie te ayuda si necesitas algo, en que nadie da corazón al faro.

19-¿Qué sientes sabiendo que eres nuestro “Farero” favorito?

Siento que conocéis a pocos fareros, y por eso yo puedo ser el favorito de alguien, pero no deja de ser un orgullo.

20-¿Qué pensaste la primera noche que te tocó trabajar en el faro?

Una especie de vértigo, tanto por la altura, como por la responsabilidad, pero enseguida se convirtió en una sensación de privilegio inmerecido. Desde entonces sé que soy un okupa en el paraíso.

Mario Sanz Cruz, el guardián de la luz (1ª parte)

Mario Sanz Cruz es el farero de Mesa Roldán y este verano ha cumplido 30 años al frente de “su” faro. Por esta singular celebración se le ha rendido homenaje y nosotros queremos sumarnos a esta bonita efeméride, planteándole 30 preguntas, una por cada año de servicio, con la particularidad de que los que habéis formulado las preguntas sois todos los que nos leéis.

1-¿Cuál es el momento con más carga emocional que recuerdas en el faro? Es decir, si hay algún momento (bueno o malo, pero preferiblemente bueno) que vuelve a tu mente continuamente, o que siempre tendrás asociado a este lugar.

Son muchos los momentos buenos y pocos los malos, pero la sorpresa que me dieron las Asociaciones de Amigos de los Faros de Euskadi y Andalucía, el 13 de julio de este año, junto con Canal Sur, me emocionó mucho y me ha demostrado que cualquier cosa, que se haga por los faros y por sus amigos, merece la pena.

2-Una pena que esta bonita profesión se extinga. ¿Qué es lo que más echarás de menos del día a día cuando te jubiles?

Espero no echar de menos nada, porque quiero seguir vinculado a los faros, abriendo el museo de Mesa Roldán al público y seguir dando charlas y moviendo la exposición de faros.

3-¿De dónde te viene esa labor divulgativa e histórica de los faros?

Viene de la lectura de los libros Diario de Servicio de los faros, tan llenos de historias técnicas y humanas, de curiosidades y anécdotas, que no podían quedar en el olvido, y no me quedó más remedio que darlas a conocer.

4-¿Todavía se puede conseguir el libro “Eso no estaba en mi libro de historia de los faros”, Almuzara, 2020 donde se visibiliza a las mujeres fareras?

El libro que publiqué con Almuzara debe estar en las librerías más grandes y si no, en la página web de la editorial se puede adquirir.

5-¿Dónde se puede ver, si al final se hizo, el documental “La naturaleza y sus oficios” de la productora KLM Entertainment.

Sé que el responsable del documental era Alfredo Penella, de una productora sevillana, pero no sé si lo han llegado a terminar.

6-Un farero ¿nace o se hace?

En mi caso se hace, de la nada. De ser un extraño en el mundo de los faros, a base de años y de interesarme por el tema en el más amplio sentido, he acabado por ser un farero vocacional, aunque la vocación haya empezado cuando ya estaba dentro del oficio.

7-¿Qué anécdota es la que mejor recuerdo te ha dejado durante el tiempo que llevas como farero?

Casi en cada visita de gente interesada en los faros, me impresiona la ilusión que les hace ver un faro por dentro y que mucha gente me diga que era la ilusión de su vida o un anhelo que cumplen en ese momento. Eso siempre me alimenta interiormente para seguir adelante y saber que los fareros no estamos solos.

8-En 30 quelles évolutions les plus importantes à t’il observé sur la navigation et la fréquentation des différents navires: commerce, pêche, armada, plaisance?

En 30 años, ¿cuáles son los cambios más importantes que se observan en la navegación y la asistencia de los diferentes barcos: comercio, pesca, armada, navegación a vela?

Los principales cambios en la navegación son técnicos y de organización, sobre todo los sistemas de radares, GPS, etc., que ayudan a los navegantes, y los sistemas de separación de tráfico marítimo, que regulan la circulación de grandes barcos, para evitar accidentes. Por lo demás, siempre va a haber pescadores de diferentes niveles, veleros, aventureros y piratas.

9-À t’il observé des bateaux de migrants? Si oui, quelle évolution sur les 30 années?

¿Has observado barcos de migrantes? En caso afirmativo, ¿qué evolución has contemplado durante estos 30 años?

Observo pateras muy a menudo y tengo que dar agua y orientación a personas que aparecen por los acantilados del faro. Han ido creciendo en número desde final del siglo pasado, y también han ido mejorando las embarcaciones que utilizan, siendo más rápidas y seguras y ocupadas por menos cantidad de gente. Lo que no cambia es el engaño y la crueldad de las mafias.

10-De todos los años que has estado trabajando de farero ¿cuál fue tu mejor recuerdo y tu peor pesadilla?

Mi mejor recuerdo es del primer día que vi el amanecer en el faro. La impresión que produjo la salida del sol en un lugar tan alto y con tantas millas de mar a la vista, en una persona acostumbrada a la corta panorámica de las calles de Madrid.

Mi peor pesadilla son los rayos, que cuando caen y derivan mal, dejan el faro apagado durante un tiempo, hasta que se pueden reponer los equipos averiados. Un faro apagado, aunque tenga una baliza de emergencia, es una pesadilla para un farero.

Entrevista a Pedro Martínez Ruiz, autor de «Cuando aprendí a vivir»

Como colofón a tres días hablando en este blog de Pedro Martínez Ruiz, autor del libro “Cuando aprendí a vivir”, os traemos la entrevista que le hicimos nada más terminar de presentar su libro el pasado jueves día 6 en el faro de Cabo Vilán.

Buenas tardes Pedro. En primer lugar, queremos agradecerte el esfuerzo que has hecho por atendernos, puesto que sabemos que estás inmerso en la presentación de tu nuevo libro “Cuando aprendí a vivir”.

Has escogido un lugar muy peculiar para realizar la presentación de tu novela. Ni más ni menos que el faro Vilán, ¿qué has sentido al estar en un faro hablando de tu libro, que precisamente versa sobre faros?

Ha sido realmente emocionante. Soy un enamorado de los faros, es uno de los del Camino de los Faros por donde transcurre la historia, y este faro, el faro Vilán, es verdaderamente majestuoso e imponente, con lo que haber tenido la suerte de realizar la primera de las presentaciones en este lugar, ha sido el mejor lugar para poder comenzar.

Nos gustaría saber ¿por qué elegiste esta ruta de “El Camino de los Faros” para que tu personaje, Daniel, recuperase su ilusión en la vida?

Cuando comencé a pensar en esta historia, quería que el personaje pudiera realmente replantearse la vida, encontrar su verdadero camino. Pensé en lugares posibles y al unir mi pasión por los faros con un lugar real donde poder documentarme, y por qué no experimentarlo, descubrí el Camino de los Faros en la Costa da Morte. Y así he podido crear una historia de ficción, aunque algunas cosas basadas en hechos reales y en una preciosa realidad como es el Camino de los Faros.

¿Qué piensas de las personas faro?

Son personas imprescindibles y de las que es recomendables rodearnos. Son esas personas que transmiten seguridad, te guían, cuando estás con ellas todo parece menos complicado y brillan con luz propia.

Sabemos que para documentarte y ser lo más fiel posible a la realidad has realizado el “Camino de los Faros” este verano, ¿cuál ha sido el faro que más te ha impresionado?

Todos son únicos y especiales, pero para mi el que más me ha impresionado es el faro Vilán, por la estructura del faro y por el enclave donde está y sus impresionantes vistas.

¿Has tenido la fortuna de conocer a alguien en las distintas etapas como le ha sucedido a Daniel, el protagonista?

Al visitar lugares por donde Daniel el protagonista había transitado, pude conocer a Ricardo, el director del Museo Etnolúdico de Ponteceso, pude conocer a Lorena, la dueña de O Mar de Preciosa, un alojamiento precioso y especial en Camariñas, o el Colmado d’Arou, un precioso colmado y restaurante que emprendió en Arou un matrimonio en busca de nuevos retos.

A lo largo de todos los capítulos de tu novela el protagonista va encontrando la felicidad en pequeños detalles que suelen pasar desapercibidos en esta sociedad, ¿te ha ocurrido lo mismo?

Afortunadamente, suelo ver y agradecer los pequeños detalles, que en realidad son los que hacen grande la vida. Pero es verdad que al volver del Camino estoy más calmado y más enfocado.

No sé si de verdad has conocido al farero. Si fue así, ¿cuál de las historias que te contó te ha impresionado más?

El encuentro con ese farero es totalmente ficción. Pero lo que cuento está basado en vídeos que vi en Youtube que entrevistaban a fareros, muchos jubilados.

¿Habías visitado algún faro con anterioridad?

Desde bien pequeño me atrajeron los faros, siempre que he podido viajar y tenido la posibilidad de visitar un faro, allá que he ido. Uno de mis faros favoritos es el de Cavallería en Menorca, aunque en Menorca hay varios preciosos.

¿Cuándo comenzó tu afición por la escritura?

Recuerdo que cuando tenía 11 años aproximadamente me encantaba escribir historias que imaginaba. Con el paso del tiempo dejé de escribir. Sin embargo, cuando hace unos años decidí dar un giro profesional a mi vida dedicándome a lo que me apasiona, que es a la formación, a acompañar a emprendedores en sus proyectos y en la consultoría a organizaciones, volver a escribir fue uno de los pilares que me ayudaron a reconducir mi dedicación profesional, a la vez que me ayudó a conectar conmigo mismo y a disfrutar con lo que hacía.

En este quinto libro, ha sido todo un reto porque he pasado de escribir ensayos sobre desarrollo personal a una novela. Estoy feliz de las primeras opiniones que van llegando, y lo mejor es que personas que la leyeron antes de publicarse porque escribieron el prólogo, opiniones de la obra, etc. han venido este verano a conocer el Camino de los Faros en primera persona.

Si alguien quiere informarse más sobre ti o sobre el libro, ¿dónde pueden hacerlo?

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Contraportada de la novela «Cuando aprendí a vivir»

Muchas gracias Pedro.

Entrevista a Jesús Zaplana García, autor de «Asuntos propios» (2ª parte)

Seguimos disfrutando de las ingeniosas respuestas que Jesús Zaplana García, autor de “Asuntos propios”, nos ha brindado a cada una de las preguntas que le habéis formulado. En la anterior batería de preguntas nos centramos en lo personal y en ésta, vamos a conocer su faceta de escritor.

Os recordamos que Jesús es un escritor nacido en Cartagena, pero que actualmente reside en Madrid por motivos laborales. Ha escrito varias novelas y ha ganado un par de premios por sus relatos o microrrelatos.

¿Desde cuándo escribes?

Desde que tengo uso de razón. Mis padres tienen guardada una novela ilustrada por capítulos, de temática de ciencia ficción, que escribí con ocho años.

¿Quién o quiénes son tus escritores referentes?

En poesía he leído mucho a la Generación del 27, especialmente a García Lorca. En prosa, me fascinan Raymond Chandler y John Banville. También Pérez Reverte fue siempre un referente literario.

¿Cuál es el proceso que te lleva a crear una historia? Como fotógrafo, intento crear historias pictográficas para exponer, y me gustaría saber más del proceso creativo.

En este caso concreto, el proyecto literario de “Asuntos propios” constituía la segunda entrega de una serie de novelas de género negro criminal, con su protagonista, Ugarte, como hilo conductor. Así, tenía adelantadas algunas cosas: conocía bien la voz que iba a contar la historia, y lo que necesitaba era meditar y macerar la trama. Eso, como bien apuntas, es un proceso que se compone de lluvia de ideas, tomar notas, ordenarlas, crear escaletas y finalmente ir dando forma al texto.

¿Qué te ha inspirado para escribir tu libro?

El deseo de dar mayor recorrido a las andaduras de Ugarte, el protagonista de la novela anterior, sumado al deseo de situar una novela en mi ciudad: Cartagena.

¿Cuál es tu fuente de inspiración más importante?

Soy un escritor de tramas muy creíbles, y me considero observador. Me inspiro en los detalles de la vida cotidiana.

Como escritor, ¿cómo te inspiran los faros para tus novelas?

Los faros son elementos inspiradores por sí mismos, como último bastión en territorio fronterizo, un híbrido que conecta la tierra con el mar. Por eso han generado tantas historias.

¿Por qué elegiste la novela policíaca? ¿Siempre te ha gustado el género negro?

Fue un poco por accidente. A través de este género me abrí camino en algunos certámenes de relatos, conocí a personas de este ámbito y pude avanzar en mis modestas aspiraciones literarias.

¿Qué escritores clásicos de este género te gusta leer?

Entre los mediterráneos, el maestro Vázquez Montalbán, y sus discípulos aventajados Camilleri, Márkaris. Entre los anglosajones, Chandler, Jim Thompson y Banville/Benjamin Black.

¿Te atreverías con otros géneros, aventura, ficción, misterio?

He escrito otras tres novelas, una de ellas de aventuras y otras dos con tintes históricos. También tengo un buen puñado de poesías inéditas.

¿Cuántos y/o que faros aparecen en la novela?

En “Asuntos propios” hago mención a tres faros ubicados todos ellos en el término municipal de Cartagena (España): el Faro de la Curra y el de Navidad, en el puerto de la propia ciudad, y el de Cabo de Palos, situado en la población homónima.

¿Has visitado alguno?

Sí, los tres.

¿Tienes alguna relación personal con alguno?

En todos ellos tengo asociados imborrables recuerdos de adolescencia y vida adulta.

¿Cómo imaginas el futuro de los faros dentro de 50 años? ¿existirán ya solo en novelas como la tuya?

Me los imagino muy vigentes y en una versión mejorada de los actuales, a los que se irán incorporando las venideras mejoras tecnológicas.

Intenta en dos frases, hacer que alguien que no ha leído su novela le llame la atención lo suficiente como para leerla.

Ugarte, mi protagonista, es un “asesino bueno”, un sicario con principios.

¿Es ficción, o hay alguna historia que nadie quiere contar?

En este caso, la novela es totalmente ficticia.

¿Cuánto de él (pasiones, carácter, virtudes o defectos…) tiene el personaje protagonista de la novela?

Nunca se me había ocurrido considerarlo. En cierto modo, los códigos. El respeto a su manera de entender la vida, a no traicionarse, a mantener sus valores.

¿Te trae algún recuerdo de juventud el faro de Tarragona y de ahí que uses el de Cartagena en tus novelas?

Yo soy doblemente emigrante, he vivido en distintas ciudades, pero Cartagena ha sido siempre mi kilómetro cero, el punto de referencia. En el faro de Tarragona y otros de esa hermosa provincia tengo muchos y buenos recuerdos.

¿Qué escritores actuales te gusta leer?

Voy a recomendar a una autora que he leído mucho este verano: Esther García Llovet. Títulos como “Sánchez” o “Spanish Beauty” no dejan indiferente a nadie. Me fascina por la originalidad de su prosa y su estilo narrativo.

¿Qué autor de suspense nos recomiendas?

Uf, la lista es infinita. Si hablamos de autores extranjeros, mi favorito es Benjamin Black, seudónimo de John Banville: una absoluta delicia, discípulo aventajado de Raymond Chandler.

¿Qué novela de suspense o sagas actuales recomendarías?

En clave nacional, recomiendo la serie de Eladio Monroy, por Alexis Ravelo.

¿Recomiendas algún otro libro donde al igual que en tu novela aparezca o esté ambientada en un faro?

Voy a recomendar “El faro de los corazones extraviados”, un libro infantil de una factura excelente, con unas maravillosas ilustraciones.

Muchas gracias Jesús.

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Al fondo podemos apreciar la silueta del faro de Cabo de Palos

Entrevista a Jesús Zaplana García, autor de «Asuntos propios» (1ª parte)

Hoy, vamos a disfrutar de una entrevista con Jesús Zaplana García, autor de “Asuntos propios”. Se trata de una novela de género negro en la que se hacen numerosos guiños a los faros de Cartagena… no decimos más porque merece la pena que descubráis vosotros mismos todo lo que esconde esta cautivadora novela.

Antes de pasar a la entrevista, os diremos que Jesús es un escritor nacido en Cartagena, pero que actualmente reside en Madrid por motivos laborales. Ha escrito varias novelas y ha ganado un par de premios por sus relatos o microrrelatos. Además, queremos agradeceros a todos los que habéis colaborado aportando preguntas para hacerle a Jesús vuestro tiempo y esfuerzo. Os aseguramos que no se ha modificado ni excluido ninguna de las cuestiones que le habéis formulado. Gracias a todos por hacer el #TeamFaros más grande.

Hemos dividido la entrevista en dos partes bien diferenciadas: en esta primera, aparecen todas las preguntas personales y en la segunda, publicaremos aquellas relacionadas con su novela.

¿Con qué tres palabras te definirías?

Perseverante, apasionado, inseguro.

¿Cuál es tu kilómetro cero?

El muelle de Cartagena. Más concretamente, la porción frente al faro de la Curra y Navidad, con el Palacio Consistorial a mi espalda. Allí todo empieza y termina, todo se ordena.

Veo que tienes una fuerte conexión con tu abuelo, ¿cómo surgió?

Por parte de mi madre, yo era el único varón de siete nietos. Eso, y ciertas coincidencias en nuestra personalidad, nos llevó a tener un vínculo precioso, que ni siquiera su fallecimiento hace casi tres décadas ha podido truncar.

¿Qué hacías con tu abuelo durante las vacaciones?

De pequeño, jugábamos al fútbol en el parque o veíamos partidos. También pasaba mucho tiempo en su casa con él y sus pájaros. Criaba canarios y otras aves.

¿Qué lección de vida te llevaste y quieres transmitir a tus hijas?

Sus valores. La integridad. La lealtad. El compromiso. Luchar por lo que uno cree hasta el final.

¿Qué te conmueve en tu hacer?

Me conmueven la ingenuidad, la pureza, la integridad, la valentía.

¿Cuál ha sido el “asunto propio” qué más te ha conmovido?

El nacimiento de Paula y Leire, mis hijas.

¿Alguna manía a la hora de escribir?

Escribo directamente en el PC, en completo silencio.

¿Cuál es tu personaje favorito de cómic?

No es un género que haya cultivado demasiado, pero me quedo con Spiderman.

¿Un lugar donde perderse en la ciudad sin mar?

El templo de Debod.

¿Y un lugar donde perderse en tu Cartagena querida?

En el muelle, más concretamente en los escalones frente a la Cola de Ballena.

¿Qué es para ti el mar?

Decía Machado en sus últimos versos: “Estos días azules y este sol de la infancia”. En mi infancia los días eran de un rabioso azul mediterráneo, ya fuera en Cartagena o Tarragona, y siempre al nivel del mar. Es una referencia vital indispensable, un amigo incondicional.

Comment s’est-il intéressé aux phares? ¿Cómo empezaste a interesarte por los faros?

En mi infancia y adolescencia tuve la suerte de vivir cerca del mar. Los faros me parecen un elemento fascinante del paisaje litoral, siempre asomados al límite, centinelas que dedican guiños -señales- a quienes los observan desde tierra y mar. Si a eso sumas mi natural inclinación introvertida y soñadora, el resultado es inevitable.

Quel est son phare préféré? ¿Cuál es tu faro favorito?

El faro de Navidad, en mi ciudad, Cartagena. Y en un contexto más internacional, el de la Jument. Impresionante.

¿Si pudieras ser luz a quién o a qué alumbrarías?

A todas las personas que me importan y que amo (y no son pocas). En especial, a mis hijas, para tratar de ofrecerles el mejor futuro posible.

¿Qué o quién es el faro de tu vida?

En mi vida existen tres faros indispensables, que son mis hijas Paula y Leire, y mi pareja, Lorena.

¿Eres el faro de alguien?

Creo que no soy yo quien debe contestar, sería fácil equivocarme.

¿Con quién estarías en un faro?

Con mi chica, con mis hijas, con mi cuadrilla de amigos.

Va-t-il se faire prochainement tatouer le phare d’Ar-Men sur le bras droit??? ¿Te tatuarás en breve el faro de Ar-Men en tu brazo derecho?

Ni confirmo ni desmiento (risas).

Un faro para el amor y otro para el suicidio.

Cualquier faro es bueno para el amor, y ojalá ninguno para lo segundo.

¿Cuál es tu película con/sobre faro preferida?

Keepers

¿Hay una sensación o sentimiento similar en cada faro que ve y del que escribe o cada uno provoca una distinta?

No creo que dos faros puedan provocar idénticas sensaciones: la ubicación, la estructura, el paisaje… Todo conforma una escena que nos sacude de distinta manera.

¿Te gustaría tener la experiencia de vivir en un faro… y que estuviera en un lugar remoto de difícil acceso?

Sin duda sería una experiencia enriquecedora y que me ayudaría a explorar mis propios límites.

¿Crees que algún día desaparecerán los faros?

No lo creo y sinceramente espero que nunca pase. Los faros han demostrado durante siglos capacidad de adaptación a los sucesivos eventos históricos y también a los avances tecnológicos.

¿Estaban los fareros antiguos hechos de otra pasta?

Indudablemente debían reunir una serie de notorias cualidades: fortaleza mental, austeridad, habilidad, autonomía e independencia.

¿Crees que si los faros hubieran estado automatizados desde su origen, y por lo tanto no hubiera existido la profesión de farero, los faros hubieran sido esos monumentos misteriosos, legendarios, casi míticos, humildes y altivos, con vida y personalidad propias o simplemente serían torres más o menos altas en las costas con luz en su parte superior, y por lo tanto, sin alma?

Creo que incluso sin la existencia del farero, los faros hubieran mantenido esa aura de magnetismo y misterio, que hubieran alimentado leyendas transmitidas de generación en generación.

¿Mejor ser novelista que torrero?

Nunca he sido torrero, aunque me imagino que no será una profesión fácil. Y si me pongo a buscar analogías, ambas tienen algo en común: requieren una mentalidad fuerte y una determinación inasequible a desalientos.

Muchas gracias Jesús.

Entrevista a Mario Sanz Cruz, autor de «Faros sobre un mar de tinta»

Ya sabéis que el pasado día 7 de mayo, coincidiendo con la Feria del Libro de Roquetas de Mar, Itziar Hernando y Mario Sanz Cruz presentaron su nuevo libro “Faros sobre un mar de tinta” en el castillo de Santa Ana. Una presentación a la que tuvimos la enorme fortuna de poder asistir.

Este libro se editó en 2016 y los autores unos años después han decidido mejorarlo y ampliarlo. De ahí, que lo consideremos un nuevo libro porque realmente lo es. Mario ha ampliado los relatos e Itziar ha adaptado algunas ilustraciones para darles mayor visibilidad en el texto {cambiándolas del formato original en vertical al nuevo formato horizontal}.

Tuvimos la suerte de entrevistar a Itzi y ahora es el turno de Mario. Sobre Mario podemos decir que: además de ser farero, es un hombre de letras, prueba de ello es que lleva más de ocho libros escritos, en solitario o colaborando con otros autores.

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La torre del Faro de Mesa Roldán sobre un mar de tinta

En primer lugar, ¿nos gustaría saber cómo surge la idea de reeditar y mejorar un libro como éste?

Tras la primera edición, estábamos un poco apenados porque las ilustraciones de Itzi se veían muy pequeñas y, por el tipo de papel, tampoco se distinguían bien los detalles. La reedición era el momento perfecto para darle otro formato en el que las ilustraciones fueran más protagonistas. Hemos aprovechado para hacer un libro más objeto, con tapa dura, con una continuidad en el diseño, que sea más atractivo para tener en la mano, para regalar o coleccionar.

Conociéndote un poco suponemos que sin llegar a hacer proselitismo habrás disfrutado enseñando todas las piezas que componen tu museo ¿verdad?

Siempre disfruto enseñando el museo y viendo las caras de la gente aficionada a los faros cuando se encuentran con tanta concentración de objetos de colección.

Centrándonos en el libro, ¿quién ha impuesto su criterio para elegir las ilustraciones o los nuevos relatos?

Los relatos elegidos son parte de los que he ido escribiendo en los años que van entre el primer libro y la reedición. Mi criterio solo ha sido el tema faros. Los que hablan de faros entran y los que hablan de otros temas no. La calidad no ha sido criterio, porque los que no merecen la pena suelo hacerlos desaparecer antes de acabarlos.

Respecto a las ilustraciones, Itzi recibe mis relatos y ella tiene total libertad para elegir qué quiere reflejar. Yo solo opino en temas de ubicación dentro del relato, buscando el sitio más idóneo.

Nos ha llamado la atención la cantidad de datos que aportas en todos los relatos, pero en especial en el de “Hay un cuco en el faro de Mesa Roldán” porque sabemos que hubo un torrero que se llamaba Page. ¿Es una historia basada en hechos reales o es ficticia?

Ese relato está basado en la realidad, en los libros diario de servicio que hay en Mesa Roldán, escritos de primera mano por sus primeros torreros. Obviamente hay cosas reales y partes imaginadas por mí, pero no creo que anden muy  descaminadas con lo que podía suceder en el faro.

¿Qué recuerdos te ha traído volver a encontrarte con unos relatos que habías escrito un tiempo atrás? ¿Has tenido alguna tentación de suprimirlos o por el contrario te gustan tanto que no has modificado nada?

Releer mis relatos anteriores es un buen ejercicio de introspección, es enfrentarte con el escritor que eras hace años. A veces te reconoces muy bien y otras te sorprendes y te ves un poco antepasado de ti mismo. Pero cada relato es fruto de su tiempo y me gusta que puedan seguir leyéndose con su frescura y sus imperfecciones. Está claro que unos me gustan más que otros, pero eso no quiere decir que el lector esté de acuerdo conmigo y a cada uno puede gustarle o disgustarle un relato diferente.

Muchas gracias Mario

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Mario nos despide desde el faro con un ejemplar del nuevo libro.

Entrevista a Itziar Hernando, ilustradora de «Faros sobre un mar de tinta»

Coincidiendo con la Feria del Libro de Roquetas de Mar, celebrada entre los días 5 y 8 de mayo,  Itziar Hernando y Mario Sanz Cruz presentaron su nuevo libro “Faros sobre un mar de tinta”.

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Nueva portada para un nuevo libro

Este libro se editó en 2016 y los autores unos años después han decidido mejorarlo y ampliarlo. De ahí, que lo consideremos un nuevo libro porque realmente lo es. Mario ha ampliado los relatos e Itziar ha adaptado algunas ilustraciones para darles mayor visibilidad en el texto {cambiándolas del formato original en vertical al nuevo formato horizontal}. También ha realizado ilustraciones para los nuevos relatos de Mario. A parte de realizar una nueva maquetación que realza tanto el texto como las ilustraciones. Todo esto necesitaba una nueva portada.

Itziar Hernando «Itzi» ha atendido nuestra petición y ha respondido algunas preguntas sobre este nuevo proyecto en el que se ha embarcado; pero antes de dar paso a la entrevista queremos comentaros algunos datos sobre su trayectoria.

Itziar Hernando Urcullu (Madrid, 1976) estudió en la escuela de Arte dramático de Madrid la especialidad escenografía; posteriormente, estudió escultura en la escuela de Arte “La Palma” de Madrid. A continuación, trabajó como escenógrafa y figurinista. Vivió en Marsella, dónde comenzó a pintar y dibujar. Tras regresar a Madrid, desarrolló sus dibujos a tinta china, junto con sus pinturas y grabados. Compagina la ilustración con su trabajo de escenógrafa para teatro y de estilista para fotografía. Como ilustradora ha participado en la confección de varios libros, mientras que como escenógrafa destacan sus trabajos en La Biennale di Venezia (Italia)  y en los Teatros de Canal (Madrid).

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El farerito feo

En primer lugar, ¿nos gustaría saber si te ha resultado difícil ilustrar un monográfico sobre faros?

En este libro Faros sobre un mar de tinta tenemos los faros como protagonistas, en todos está el faro como referente y en algunos se habla directamente del Faro de Mesa Roldán en el que está Mario. Me gustó desde el principio el reto de plasmar en las ilustraciones las historias que acompañan a los faros y que con tanto conocimiento y amor por los faros nos cuenta Mario.

Damos por hecho que conociendo a Mario has podido visitar su faro, ¿es así? ¿Conoces más faros? ¿Te ha servido de inspiración el faro de Mesa Roldán para realizar alguna de las dieciséis ilustraciones que conforman el nuevo libro? ¿Es difícil imponer tu creatividad ante un profesional de los faros o has podido dar rienda suelta a tu imaginación?

Siempre es un gusto pasarse por el Faro de Mesa Roldán y visitar el museo de Faros que Mario va formando a lo largo de los años recopilando todo lo referente a los faros de Almería y del mundo. Y por supuesto admirar sus alucinantes vistas, lo hago siempre que puedo. Me han servido de inspiración muchos faros pero sobre todo mi intención era, al margen de plasmar uno en concreto, transmitir en cada ilustración esa sensación que dan los faros, que son un referente frente a un mar que pasa de la calma a los temporales más sobrecogedores, esa guía real y simbólica.

Con Mario ha sido muy fácil trabajar, he podido trabajar con plena libertad y dejarme llevar por las sensaciones de cada relato.

En este nuevo libro ¿te has visto tentada de suprimir alguna de las ilustraciones de las que hiciste para el de 2016?

Cuando se acabaron los ejemplares de la anterior edición y Mario me propuso volver a editar el libro, decidimos hacer una nueva edición que pusiese en valor todo el trabajo realizado y que fuese un objeto que diese gusto tener en las manos. Y así empezó un proceso que ha llevado más de dos años y para el que he necesitado aprender mucho. Cuando reviso un trabajo que hace tiempo que he hecho siempre tengo la sensación de que lo haría de otra forma ahora. Y tienes que decidir qué es lo dejas y qué es lo que quieres cambiar. Sí que he tenido tentaciones de quitar ilustraciones pero al final me he decantado por dejar que convivan las nuevas y las viejas ilustraciones. Para mí es importante el proceso que me lleva hasta aquí, que está lleno de errores y aciertos que han conformado esta nueva edición.

Al tener mucha más experiencia y ver los faros, ¿qué se siente al rediseñar unas ilustraciones unos años después?

Al retocar ilustraciones que ya has hecho he tenido que contenerme para no cambiarlas íntegramente y dejar que mantengan el espíritu que tenían cuando las cree, que era otro momento vital y creativo. En las nuevas ilustraciones he tratado de centrarme más en lo que no se ve, en las sensaciones y ser menos narrativa. Acompañar al texto evocando paisajes y emociones que me transmite el texto de Mario.

Además de ilustrar “Faros sobre un mar de tinta”, ¿estás inmersa en algún otro proyecto?

Sí, me he propuesto terminar en los próximos meses un cuento “Variación de un contacto: la niña que regaló su corazón” que empecé hace tiempo en la residencia de La Fundación Valparaíso en Mojácar. Se trata de once ilustraciones de una historia sólo en imágenes, con la técnica de grabado en agua fuerte y agua tinta. En este caso cambio la técnica de tinta china que he utilizado para el libro de “Faros sobre un mar de tinta” por el grabado, todo un reto.

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A continuación, os dejamos unos enlaces para que podáis apreciar su trabajo:

Itzi también se ha encargado de realizar un diseño sobre el faro de Mesa Roldán que se ha usado en la impresión de camisetas y bolsas de tela…

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Bienvenido a casa

Itzi, te agradecemos tu colaboración desinteresada. Seguiremos atentos a tus creaciones y las compartiremos con todos nuestros lectores.

Entrevista a Rafael-José Díaz, autor de «Bajo los párpados de quien se aleja»

Hemos compartido con vosotros el poema «El Confín» de Rafael-José Díaz y hoy os traemos la entrevista que le hemos realizado. Antes de dar paso a las preguntas os contaremos algo sobre él.

Rafael ha escrito diez libros de poesía, seis de narrativa, otros tantos diarios y dos ensayos. Ha sido incluido en varias antologías. Además, ha traducido numerosas obras. Ese dilatado bagaje le ha llevado a convertirse en un reputado escritor. Prueba de ello es que ha sido galardonado en dos ocasiones. La primera en 2002 con el Premio de Poesía Tomas Morales por Los parpados cautivos y la segunda en 2007 con el Premio de Poesía Pedro García Cabrera por su poemario Detrás de tu nombre.

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Puesto que nuestros seguidores son grandes amantes de los faros, las preguntas irán enfocadas hacia ese tema, así que nos gustaría saber:

¿Cómo surgió el pensamiento de escribir un poema sobre un faro? ¿Y por qué ese en concreto?

En realidad no hubo nunca la voluntad de escribir un poema sobre un faro. Digamos que el faro apareció en el poema. De hecho, son las luces del faro, su ondulación constante, casi obsesiva, las que se introducen, digamos, en el coche donde los amantes se han juntado en esa noche febril. “El confín” está situado en la Punta de Teno, en Tenerife, uno de los lugares más bellos de la isla. Por aquel tiempo –pues hace décadas que no he vuelto– el faro estaba en funcionamiento y, unido a los ladridos de los perros que se oyen en el poema, constituye una especie de correlato objetivo del desenfreno desencadenado en en el interior del vehículo: un correlato exterior, por decirlo así, de la pasión interior. Esa luz ansiosa, pertinaz: la luz que busca o es buscada a través del horizonte. Esos ladridos desesperados, como de perros perdidos entre la maleza de las laderas.

¿Tienes intención de escribir más poemas sobre faros?

La verdad es que no lo he pensado. En mi caso, como te decía antes, dejo que los lugares lleguen al poema. Vinculo siempre los espacios a experiencias personales. No me interesa apenas la descripción de un lugar que no está marcado sentimentalmente, por decirlo de un modo que quizá suena algo cursi. Me refiero a que escribo sobre lo que me ha marcado, o sobre lo que ha marcado a otros a los que conozco o incluso a los que he podido imaginar. Ahora que lo recuerdo, en mi libro Moradas del insomne hay un poema en el que creo que se habla del Faro de Arinaga, en el Sureste de la isla de Gran Canaria, o si no se habla de él al menos el recuerdo de aquel poema –compuesto por varios fragmentos en prosa– está vinculado a ese faro situado en lo alto de la montaña de Arinaga, un lugar extraño cerca del cual vivía yo por entonces. Se atravesaba el largo paseo marítimo, en el que uno podía asistir a múltiples e inesperadas experiencias, y se terminaba saliendo a terreno baldío que había que recorrer para llegar hasta lo alto de la montaña y encontrarse con el faro. Estoy convencido de que después de esta entrevista estaré mucho más atento a los faros y seguro que alguno se colará en un poema.

En estos tiempos tan difíciles para para los escritores ¿te ha facilitado algo el hecho de haber recibido dos premios por tus creaciones?

Los premios representan poca cosa, la verdad. Apenas la oportunidad de publicar y un poco de dinero que se acaba enseguida. Los dos premios que he ganado –y ya hace mucho tiempo de eso– fueron premios de poesía locales, a nivel canario, y, aunque aquí tengan cierto prestigio, nadie los conoce fuera. Me he presentado a veces a premios nacionales, pero nunca he tenido suerte. No importa. Lo fundamental es el acto de la escritura. Se escribe porque se busca decir algo que no se sabe cómo decir. Es una especie de lucha de amor con las palabras. Unas veces ganamos y otras perdemos, pero ese roce, esa fricción, esa energía interpuesta es el verdadero premio para un escritor.

Imaginamos que al vivir en una isla has tenido la oportunidad de visitar algún faro ¿es así?

En Tenerife, donde vivo, hay faros muy hermosos de los que guardo un grato recuerdo. Te citaría especialmente dos: el Faro de Punta de Abona y el Faro de Anaga. El primero aparece en unos textos del diario de finales de los años 90. Di un paseo por aquella zona, un lugar salvaje del sur de la isla dominado por un faro bastante alto, un lugar ventoso en el que la vegetación está conformada sobre todo por arbustos resecos que cuando llueve un poco brillan de un verde inusitado. Era, si no recuerdo mal, un tiempo de soledad, uno de esos intersticios que han marcado mi vida, que, en cierto modo, la han alimentado, pues han constituido umbrales entre una época y otra, y como todo umbral, han servido para mirar atrás al tiempo que proyectaba la mirada hacia delante. El Faro de la Punta de Abona aparece en esos textos, me parece, como una incitación a seguir buscando, a no atascarse en un momento de abulia. ¿No es todo faro, en cierto modo, el símbolo de la luz que persiste en medio de la noche más honda? Bueno, y en cuanto al Faro de Anaga, que es bastante menos accesible, pues está cerca de Roque Bermejo, y para llegar hasta allí es necesario recorrer muchos kilómetros de senderos (o caminos de cabras, como decimos por aquí), lo visité en una época mucho más tardía, y aunque también fue un recorrido solitario, lo recuerdo con exaltación. Posiblemente en aquella época atravesaba uno de esos momentos que se recuerdan porque se está especialmente disponible para cualquier estímulo exterior. Yo no conocía el Faro de Anaga ni sabía que iba a encontrármelo en el camino. Es muy misterioso, pues es un faro pequeño, recóndito, que está abandonado y como arrinconado. El recuerdo de él –y de todo aquel largo paseo por la zona de Anaga– sigue muy vívido en mí. Quizá un día tenga que escribir sobre eso.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

No suelo hablar de los proyectos, porque habitualmente no los tengo. O cuando los tengo los pongo en marcha y enseguida dejan de ser proyectos. La verdad es que intento evitar proyectar demasiado. Prefiero que las cosas vayan surgiendo de forma natural. Ahora mismo acaban de publicarse, este mismo año, dos libros míos, uno de poemas (Bajo los párpados de quien se aleja, publicado por Pre-Textos) y otro de relatos (De un modo enigmático, publicado por Franz), además de dos traducciones de libros míos al francés. Ya es demasiado para un año, aunque también está a punto de salir un librito mío en las Ediciones Altazor de Chile. Quizá en 2022 toque descansar. Sí te adelantaré que acabo de entregar un encargo que me ha hecho mucha ilusión, pues es algo que nunca había hecho: un libreto de ópera. Como te decía antes: el proyecto ha dejado de serlo. Siempre hay libros en marcha, pero para mí es todavía un misterio qué forma adquirirán. Los materiales en bruto se acaban ordenando sin una intervención excesiva del autor: como si tuvieran vida propia. A veces, como en el caso de De un modo enigmático, mi último libro de relatos, el trabajo de la editora de Franz fue fundamental para que el libro obtuviera su forma definitiva. A eso es a lo que yo llamo una editora de verdad.

Muchas gracias, Rafael.

                                                                                      (5 de noviembre de 2021)

Entrevista a Josep Vicent Miralles, autor de «El mag de Montrase»

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Josep Vicent Miralles tras la recogida del premio literario

En marzo de este año se publicó la novela de aventuras «El Mag de Montrose» de Josep Vicent Miralles. Una novela enfocada a un público juvenil aunque creemos que la historia que cuenta es bastante interesante y por consiguiente, os la recomendamos.

¿Cómo definirías tu novela? Un libro de magia o una novela de aventuras

Creo que es más un libro de aventuras. La magia está presente de manera indirecta. De hecho el punto de giro es el secuestro del señor Templeton Swan y su sobrino Donald a causa de un malentendido. La tripulación de la capitana Grace O’Malley necesita al mago más poderoso del mundo para romper su maldición y sin embargo se encuentra con un impostor, un tipo que apenas es un cuentacuentos, que hace trucos de manos…  y un chico listo que tendrá que aprender a ser valiente junto con su tío para salir más o menos enteros del lío. Pero sobre todo creo que es una novela de segundas oportunidades. El señor Swan se ha pasado la vida huyendo, ocultándose de la vida detrás de la ficción (y en ese sentido el faro funciona como símbolo) y ahora va a tener que enfrentarse a su gran aventura cuando ya no esperaba nada de la vida.

En cuanto al tono, he querido que fuese un relato ágil, con mucha acción y un poco de humor.

¿Por qué has escogido el faro de Scurdie Ness en Escocia como lugar en el que se desarrolla la novela? ¿lo conoces?

Fue una elección casual, no he estado nunca en Escocia ni conozco personalmente el faro, pero desde hace años siento una gran fascinación por el norte como escenario narrativo: Escocia, Islandia, Suecia, las Feroe…. Poco a poco voy yendo (según mis posibilidades), pero Montrose y el faro de Scurdie Ness son mi próximo destino. Después de haber ganado el premio Ciutat de Benicarló y de haber cumplido la ilusión de publicar este libro, siento que estoy en deuda personal con ese lugar. Lo encontré una noche en Google Maps y, como sucede con todos los encuentros relevantes, entonces no sabía hasta qué punto iba a ser importante para mí. Después he revisitado virtualmente la ciudad, la costa y el faro centenares de veces. Pero ya te digo, el próximo viaje pendiente es ir a rendir homenaje a la casa imaginada de Mr Templeton Swan y Donald Brecc. Quiero ver esa misma luz en la que he proyectado algunos cuentos, algunas imágenes que han acabado cobrando vida.

¿Has visitado algún faro para documentarte sobre cómo era la vida allí?

Tengo la suerte de vivir en Xàbia, donde contamos con dos faros, uno en el cabo de Sant Antoni y el otro en el cabo de la Nao. Sobre todo el primero forma parte de mi paisaje personal desde que era pequeño. Y he podido verlos por dentro gracias a la generosidad del farero. Me parecen espacios fascinantes… cuando subes a la parte más alta, a la cúpula de cristal de la óptica, y el mar se abre a casi doscientos metros por debajo de tus pies, con la vista abierta hasta Ibiza en los días claros… es muy difícil no sentir una emoción casi física. La grandeza del lugar impone. Después, por la noche, ver sus destellos desde la playa o desde el mar, representa un santo y seña, una forma de militancia y de pertenencia. El faro es casa, un recordatorio luminoso de quién eres, dónde estás y cuáles son tus vínculos más importantes. Por cierto, mi abuelo Pepe nos contó muchas veces que uno de sus grandes deseos fue… convertirse en farero!! Al final aquello no pudo ser, pero el faro de Sant Antoni es un lugar muy especial para mí. Por cierto, que en breve se abrirá al público como centro de interpretación del Parque Natural del Montgó. Y con suerte se podrán ver rorcuales en su migración de verano al estrecho de Gibraltar. No es mal plan, ¿verdad?

En cuanto al faro de la novela, abre y cierra la historia. De alguna manera representa la paradoja del encierro y de la apertura a los demás a través de los juegos de luces y sombras que el protagonista ejecuta cada noche para los niños de Montrose. Es un lugar destartalado, pero confortable. Lleno de objetos “mágicos” y de trucos que el señor Swan ha ido perfeccionando al cabo de los años. Creo que no es un mal lugar para estar, para iniciar una aventura… o para empezar de nuevo 😉

Hemos visto que conjugas la realidad con la ficción puesto que hay un personaje épico en la historia de Irlanda, Grace O’Malley. Cuéntanos más.

Sí, efectivamente, la capitana O’Malley es una de las escasas piratas femeninas que han pasado a la historia. Se trata de un personaje muy relevante en la historia y el folklore irlandés, porque de algún modo representa el genuino espíritu de aventura, fuerza y rebeldía de la gente del mar. Grace O’Malley se rapó el pelo con un puñal como símbolo de su determinación para hacerse a la mar y para demostrarle a su padre, Eoghan Dubhdara, que una mujer podía gobernar sobre las olas igual de bien que un hombre. En la novela se recupera su espíritu y se la convierte en protagonista de un terrible episodio sucedido en las costas de Maracaibo en la segunda mitad del siglo XVI. Desde entonces su tripulación vaga por el mar sin encontrar el descanso, así que O’Malley “requiere” los servicios del torpe señor Swan. Entre la aguerrida pirata y el afable no-mago, con la ayuda del bueno de Donald y del guerrero indígena Warashar, deberán enfrentarse a todos los peligros para encontrar el camino de vuelta. También a sus fantasmas interiores. Y a riesgo de que no haya más camino de vuelta que seguir navegando hacia el horizonte…

¿Sólo existe la edición en valenciano? ¿piensas editarla también en castellano?

Sí, por ahora solo existe la versión en valenciano, editada por Onada Edicions. Me gustaría mucho verla traducida claro, y no solo al castellano (de hecho me encantaría que los jóvenes de Montrose la pudieran leer!) pero esa es una decisión editorial. Dependerá en gran medida del recorrido de la novela, de su difusión, del interés que sea capaz de despertar.

¿Qué supuso para ti a nivel personal y a nivel profesional el premio de narrativa juvenil Ciutat de Benicarló? Hay que decir que ha sido la primera vez que se ha otorgado este premio.

Los premios literarios son una parte esencial de la industria editorial. Ganar un premio como el Ciutat de Benicarló y publicar con «Onada» supuso una inmensa alegría. Significaba la posibilidad de hacer real una historia que había estado mucho tiempo en mi cabeza y en mi escritorio, darle cuerpo, cara y voz a personajes que sentía muy próximos y a los que, con el tiempo, había acabado queriendo e imaginando casi como si fueran reales. Además me abría las puertas de miles de lectores potenciales en diferentes centros de secundaria de la Comunitat Valenciana, así que os podéis imaginar la emoción.

El oficio de la escritura tiene momentos de entusiasmo y de certeza, pero también muchos de silencio, de dudas, de tentaciones de renuncia… un premio importante como este se parece al destello de luz de un faro en mitad de la noche después de muchos meses de navegación en alta mar. Significa que has llegado, que lo has conseguido, que has salvado el barco y a la tripulación. No se me ocurre un ejemplo más adecuado, en este caso.

Desde entonces todo lo que ha pasado con la novela ha sido muy positivo. La editorial Onada ha demostrado una sensibilidad y una profesionalidad fantásticas desde el principio. En ellos he encontrado una sintonía perfecta para empujar la nave de la capitana O’Malley. Y espero que esta temporada (una vez vamos recuperando poco a poco la normalidad postpandémica) podamos entrar de lleno en las tareas de promoción. En ese sentido tengo que decir que disfruto enormemente el contacto con los lectores. De momento, además, la respuesta está siendo muy buena.

También quiero agradecer al Ayuntamiento de Benicarló la organización impecable de los premios y el maravilloso trato que me han dado en todo momento.

Muchas gracias Josep Vicent.