Recientemente hemos conocido la obra del artista grancanario llamado Felipe Juan. Este pintor en el año 2012 gestó su serie de acrílicos sobre madera dedicada a los faros, creando «FaroLuz». Así, los faros sustituyeron a las mariposas, una serie que desarrolló durante 2011. Felipe Juan comentaba que ninguno de esos dos temas era recurrente en su obra, pero que se mostraba ilusionado por ese nuevo reto creativo.
Crítica de Pedro Andrés Naranjo Jiménez. Ldo. Historia del Arte. Director del IES José Arencibia Gil.
Si un faro es una torre alta situada en las costas, que lanza un intermitente rayo de luz para orientar a los navegantes, Felipe Juan se hace guiar por esa fuerte y potente luz para convertirse en vehículo que dirige sus sentimientos a través de un sinfín de toques cromáticos y el empleo de una técnica mixta, que acercan su obra a la abstracción o pura expresión universal.
En sus últimas series Felipe Juan hace uso del empleo de las apariencias sucesivas, un recurso que tanto explotaron algunos impresionistas, pero en esta exposición no se trata de variaciones lumínicas sino de alteraciones de los elementos que rodean al faro, que es el aparente tema principal y sirve de hilo conductor. El referido elemento físico se convierte en la excusa para desarrollar todo un mundo de color y fantasía, en donde se encuentran tonalidades cálidas con frías, una gran generosidad a la hora de empastar y cierto automatismo psíquico subrayado por la puntual colaboración de una mano infantil, su hijo Amado. Por otro lado, hallamos elementos presentes en sus series anteriores: empleo de colores primarios, la vegetación y la infraestructura de juegos infantiles entre otros, elementos que ya forman parte de su ideario artístico y que han logrado conferir un sello muy peculiar a su obra pictórica.
El faro es un elemento con el cual el propio canario, por su singularidad costera, está familiarizado y, aunque no sea el diseño del faro canario su fuente de inspiración, Felipe Juan no ha estado ajeno a esa realidad, con buenos ejemplos por todas las costas del archipiélago desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad.
Debo subrayar la enorme creatividad que envuelve al autor, la cual le permite desarrollar esta ingente producción anual, impregnando a cada una de sus obras de un sello personal que las hace únicas e irrepetibles y haciendo de su estilo algo casi imposible de encuadrar.
Con esta nueva exposición Felipe Juan vuelve a dar un salto cualitativo en su evolución pictórica, sorprendiéndonos con innovaciones técnicas pero, esencialmente, con su gran creatividad, al compartir su estado de ánimo con el espectador a través de un lenguaje universal carente de palabras.
A continuación, os mostramos un vídeo que recoge las obras de la colección dedicada a los faros del mundo. Os las mostraremos próximamente para que podáis apreciarlas como se merecen.